El helicóptero accidentado el pasado viernes en Haití, en el que fallecieron cuatro militares españoles, estaba en «perfecto» estado de mantenimiento y había pasado todas las revisiones requeridas, según confirmó ayer el comandante del Mando de Operaciones, teniente general Jaime Domínguez Buj.
Los dos aparatos que realizaban la misión, explicó el teniente general -un Augusta Bell 212 y un Sikorsky- son los que siempre utiliza la Armada y los que estaban asignados al buque Castilla, al que pertenecían los militares muertos.
Siguen sin conocerse las causas del accidente, que se produjo en una zona montañosa del país cerca de la frontera con la República Dominicana y en condiciones meteorológicas de visibilidad «reducida», detalló. Un equipo técnico militar viajará en las próximas horas al país caribeño, en el mismo avión que lo harán la ministra de Defensa, Carme Chacón, y el Jemad general José Julio Rodríguez, para investigar qué pudo provocar el siniestro.
La ruta que siguieron los dos helicópteros, según Domínguez Buj, era habitual para ellos, y así habían salido de Cabo Rojo, en la República Dominicana, donde habían recogido el material logístico enviado desde España para trasladarlo al Castilla.
Cuando se encontraban al sudeste de Haití, continuó, la nave líder de la formación avisó al mando del buque que había entrado en una zona de escasa visibilidad y había perdido el contacto con su acompañante.
De acuerdo con el relato del teniente general, se activó el dispositivo de búsqueda, que incluía a este aparato principal, apoyado por otro que se había incorporado desde el barco, aunque, después, una vez agotado el plazo de vuelo estipulado, fueron relevados por dos helicópteros estadounidenses, que continuaron la búsqueda.
Éstos fueron los que localizaron el dispositivo accidentado cerca de la localidad haitiana de Fond-Verettes, en la ladera de una montaña de «difícil» acceso, pero lograron aterrizar en las proximidades y comprobar que los cuatro ocupantes habían fallecido.
No fue hasta pasadas las 10 de la noche (hora peninsular) cuando el comandante del Castilla, tras recibir la notificación de los militares de EEUU, comunicó al comandante del Mando de Operaciones la muerte de los militares.
Domínguez Buj quiso subrayar que él no hizo público los fallecimientos, aunque sí agregó que ya andaban circulando «reportes de agencia» que lo afirmaban, hasta que no recibió la confirmación de que se había producido. «Nosotros no podemos trabajar con hipótesis», explicó.
Por otro lado, reiteró el pésame y apoyo del Ejército a las familias de los cuatro fallecidos: Luis Fernando Torija Sagospe, comandante del Cuerpo de Intendencia; Francisco Forne Calderón, teniente de Infantería de Marina; Manuel Dormido Garrosa, alférez de navío; y Eusebio Villatoro Costa, cabo mayor de Infantería de Marina.
También resaltó que murieron en acto de servicio y atendiendo a las personas más necesitadas en un país «devastado» por el terremoto que asoló Haití el pasado 12 de enero, donde dejó más de 225.000 muertos.
La misión española en la isla, integrada por 450 militares, lleva operativa desde el pasado 4 de febrero y está desarrollando tareas humanitarias para paliar los efectos del violento seísmo que afectó al país caribeño.
