El Real Madrid obtuvo un cómodo triunfo en La Romareda (1-3) frente a un Real Zaragoza que cumplió con el pronóstico de víctima propiciatoria intentando rebelarse, pero que fue incapaz de hacerlo.
El conjunto blanco habrá vivido esta temporada pocos partidos tan fáciles como el de ayer ante el farolillo rojo de la tabla, porque, salvo un primer cuarto de hora de agobio por la explosiva salida local, en el resto del encuentro el Zaragoza cumplió con el papel que viene repitiendo partido tras partido: ganas y esfuerzo pero falta de calidad.
Íker Casillas vivió el choque como un espectador más, sin apenas trabajar salvo para recoger cesiones o algún centro aislado.
La escuadra aragonesa salió con mucha fuerza desde el pitido inicial, jugando con descaro y sin miedo, lo que le valió para disfrutar de dos ocasiones de marcar cuando apenas habían pasado ocho minutos de juego.
La primera fue del argentino Nico Bertolo, que firmó un remate de cabeza que desvió Álvaro Arbeloa y la segunda de Ángel Lafita, con un disparo raso que salió rozando un poste.
El Real Madrid, sin embargo, no tardó en hacerse con el dominio del balón y acorraló al conjunto local. Pero no fue en una jugada fruto de este control, sino en una contra de las habituales del bloque ‘merengue’, con un magnífico cambio de juego de Marcelo a Mesut Özil, cuando el equipo de José Mourinho abrió el marcador en el minuto 15 en el que fue su primer remate a puerta.
A partir de ahí, el equipo del mexicano Javier Aguirre desapareció ante el equipo blanco que jugó a placer y marcó el ritmo de juego que más le convenía.
El francés Karim Benzema se convirtió en esos minutos en una pesadilla para la zaga local con sus desmarques, ante la lentitud de los defensas, a los que siempre ganó la espalda.
A pesar de ello, no fue el delantero galo el que prácticamente cerró la contienda, sino Cristiano Ronaldo con un lanzamiento de falta marca de la casa cuando ya expiraba el primer período.
El Real Madrid bajó la persiana del envite definitivamente poco después de volver al césped tras el descanso, con el 0-3 marcado por Ángel Di María tras un gran pase de Xabi Alonso, dejando una vez más en evidencia la lentitud de la defensa local. Una acción de Nico Bertolo en el área madrileña, siete minutos después de la tercera diana, propició un penalti cometido por Ricardo Carvalho que anotó Gabi, pero la situación de la contienda no varió. El Zaragoza quería y no podía y el Real Madrid se tomó el segundo período como un entrenamiento y pareció no querer ensañarse con su rival.
