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Los cereales hacen peligrar las cabañas

por Redacción
11 de diciembre de 2010
en Castilla y León
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Los precios de los cereales, gran escollo para la rentabilidad de las explotaciones ganaderas, han experimentado en las últimas fechas un nuevo e importante repunte, especialmente por lo que respecta al trigo y la cebada, que se han acercado a las cotizaciones de 2007 y 2008, cuando se produjo la última crisis alimentaria.

Así, frente a la esperanza de estabilización, los mercados se han disparado en medio de la alarma del conjunto de las cabañas, y del Parlamento Europeo, que aprobó recientemente una resolución invitando a la Comisión y al Consejo a adoptar medidas encaminadas a salvaguardar los intereses de las amenazadas explotaciones ganaderas. A juicio de la Cámara de Bruselas, entre las amenazas que se ciernen sobre las cabañas destaca justamente el incremento de los costes de producción -desde los cereales a los fertilizantes y los combustibles-, las importaciones baratas, las exigencias en materia de sanidad y bienestar animal, mucho más duras que en el resto del mundo, la especulación de los mercados y la imposibilidad de repercutir en los precios finales esta carestía de la producción.

Tal comportamiento alcista de los precios se produce pese al recorte considerable en el volumen de las cabañas, incapaces de sobrevivir al señalado aumento de los costes y la también susodicha imposibilidad de incorporar los mismos al precio de los animales.

Al inicio de la actual campaña, a finales de junio, las cotizaciones se hallaban entre 0,11/0,12 euros el kilo para la cebada, y 0,13/0,14 en el caso de los trigos forrajeros y el maíz. La cosecha española no fue para tirar cohetes, con poco más de 15 millones de toneladas, frente a medias por encima de los 20 millones. Sin embargo, dada la gran dependencia patria de las importaciones, necesarias para atender la demanda de unas cabañas intensivas, sobre todo en avicultura, porcino y la carne de vacuno en cebaderos, los precios vinieron determinados por las cotizaciones exteriores. Además, durante varios meses, y también en la actualidad, han sido incluso superiores en el exterior que en España.

Tras aquella subida, las cotizaciones se han estabilizado en unos niveles altos y sin posibilidad de anticipar cuál sería la evolución.

Ha sido en estas últimas semanas cuando se han despejado esos interrogantes, con los mercados rompiendo en una línea alcista de final impredecible que ha supuesto elevar los precios de la cebada en origen a entre 0,18 y 0,19 euros por kilo; 0,22 para trigos y maíz.

En principio, no se ven síntomas bajistas a corto plazo y parece que el comportamiento futuro no se podrá entrever hasta los primeros dos meses de 2011, cuando se compruebe el desarrollo de las superficies de cultivo en el hemisferio norte y, muy especialmente, en la UE.

Las razones de este nuevo escenario cerealista son dos. Primero, la falta de producto, sobre todo cebada, a pesar incluso del ajuste a la baja de las cabañas por falta de rentabilidad. En la actualidad se estima que las existencias en la mitad sur son muy bajas y que, en la zona norte, especialmente en el Duero, donde está la mayor oferta, las existencias en manos de los productores no superan el 30%.

Además, se apunta a que las fábricas de piensos no tienen existencias para atender la demanda y no han comprado grandes cantidades hasta ver la evolución de los mercados y en las próximas semanas deben salir a abastecerse.

Aunque en el sector agrario todavía predomina la escasa organización, la sola presión de la demanda favorece que los cerealistas no tengan prisa en vaciar sus paneras, aunque el verdadero negocio es para los operadores comerciales que adquirieron el cereal sin precio y lo liquidaron hasta a 0,15 euros por cada kilogramo.

Un dato a tener en cuenta es el desarrollo de las subastas de cereal por parte de los organismos comunitarios de intervención. Como se sabe, Bruselas tiene abiertas las licitaciones para colocar desde el pasado 25 de noviembre hasta junio 2,7 millones de toneladas de los 5,6 millones que tiene almacenadas. En la primera licitación, celebrada a finales del pasado mes, hubo peticiones para comprar más de un millón de toneladas, pero solo se despacharon 185.000 de cebada y 38.000 de trigos. Ese escaso volumen sacado al mercado supone apenas una gota de agua incapaz de incidir en los mercados.

No obstante, la referencia fundamental ha sido el precio de ese cereal, con unas cotizaciones entre los 171 y los 192 euros por tonelada para la cebada, mientras que en los trigos se habla ya de 220 euros, lo que supone acercarse a los niveles de hace tres años.

Esto pone de manifiesto que hay avidez por hacerse con el cereal y se especula incluso con la posibilidad de que ese grano no se destine siquiera a los ganaderos de los países miembros, sino al norte de África y los países árabes.

Además, en segundo lugar, junto a esta falta de oferta, continúa la actividad de los especuladores, cuyos fondos para operar en el mercado de las materias primas se han triplicado respecto a lo habitual, lo que sostiene artificialmente las cotizaciones.

Este comportamiento de los mercados, sobre el papel, debería suponer un espaldarazo a los agricultores y una mejora de rentas para compensar la subida de los fertilizantes y, en menor medida, el gasóleo. Sin embargo, solo ha servido para poner de manifiesto la escasa organización de la producción que sigue dependiendo de los operadores y almacenistas, a pesar del avance de la actividad cooperativa, donde destaca Agropecuaria de Navarra, con un millón de toneladas en esa comunidad, junto Rioja, Álava y Castilla y León.

Cierto es que los cerealistas se han beneficiado parcialmente de la subida de precios, pero, los grandes perjudicados han sido y son los ganaderos, a pesar de los esfuerzos que nos consta hacen los fabricantes de piensos para repercutir lo justo la subida, puesto que si se van los clientes las fábricas cierran.

España es el primer fabricante de piensos de la UE, con 21,5 millones de toneladas, aunque en los dos últimos años se ha reducido más del 5%. Del total, 9.4 millones corresponden al porcino, 6,7 al vacuno y 4,4 a la avicultura. Las materias primas suponen el 70% en los costes del porcino, un 60% en la avicultura y más del 50% en el vacuno intensivo.

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Edición digital del periódico decano de la prensa de Segovia, fundado en 1901 por Rufino Cano de Rueda

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