José Mourinho dirigió ayer el entrenamiento del Real Madrid tras una noche de tensión, en la que, después de la victoria sobre la Real Sociedad, hizo unas polémicas declaraciones a un medio portugués, quejándose de que el club le impidiese dirigir a su selección en los dos próximos partidos, que luego tuvo que matizar en el aeropuerto de Vitoria.
Pocas horas después de soltar unas palabras que corrieron como la pólvora y que tuvo que precisar antes de partir de regreso a la capital, al luso se le vio relajado en la ciudad deportiva de Valdebebas, a la que acudió su hijo.
Tras acabar la rueda de prensa posterior al encuentro en San Sebastián, Mourinho lamentó en un medio de su país que se evaporasen sus posibilidades de dirigir al combinado en los dos próximos duelos clasificatorios para la Eurocopa 2012. «Yo quería, pero me quedo 10 días de vacaciones a entrenar con tres jugadores», afirmó.
La frase generó tal revuelo que, tras completar en autobús el trayecto San Sebastián-Vitoria para tomar el vuelo de regreso, ofreció sobre las 2,30 horas de la madrugada una improvisada rueda de prensa para aclarar sus palabras.
«Estoy triste. Me gustaría echar una mano para que Portugal se clasifique, pero al mismo tiempo no tengo derecho a pedir nada al Real Madrid. Es una situación muy difícil de solucionar», expresó.
Además, lamentó que la Federación portuguesa no haya alcanzado un acuerdo con el Real Madrid y culpó de sus declaraciones al entrevistador. «No he dicho que no entienda por qué no me dejan ir. Era una pregunta mal hecha sobre por qué no se había reunido el club con la Federación, y la respuesta es que no entiendo la inexistencia de esa reunión», aclaró.
Después del encuentro contra la Real, Jorge Valdano dio por zanjado el tema e incluso aseguró que no hubo ningún contacto con el organismo luso, algo que posteriormente trasladó a Mourinho. «Valdano me dijo que no habían llamada de la federación y no lo entiendo. Debían reunirse las dos partes», precisó.
Desde hoy, y tras menos de seis horas de sueño, Mourinho ya piensa en el próximo encuentro liguero del Real Madrid, mañana ante el Espanyol. «Le dije al presidente que al mínimo obstáculo no se haría. Por eso no quiero que haya ninguna duda, por mínima que sea», sentenció.
Tras el entrenamiento de ayer, el centrocampista Esteban Granero excusó a Mourinho y pidió que no se malinterpreten las palabras del técnico. Él, que será uno de los tres futbolistas con los que se quedará a trabajar mientras los internacionales juegan dos partidos con sus selecciones, restó importancia a lo ocurrido.
«La forma de hablarlo y decir que estamos de vacaciones, obviamente se refiere a que faltan el 90 por ciento de los futbolistas de la plantilla. Con lo que dijo no ha querido desprestigiarnos».
Por otro lado, la presencia de Raúl Albiol, que sigue recuperándose de un esguince de grado II en su tobillo derecho, fue la principal novedad en el entrenamiento de recuperación del Real Madrid.
A dos días de medirse al Espanyol, los blancos completaron una sesión en la que los titulares ante la Real tuvieron una suave sesión. Por su parte, Arbeloa, Lass, Mateos, Diarra, Pedro León, Granero, Adán, Dudek, Canales y Benzema se ejercitaron a mayor ritmo.
