Hoy culmina, con la votación en las respectivas asambleas generales, el proceso de fusión entre las dos entidades más grandes de la Comunidad, Caja España y Caja Duero, que se embarcaron en un proyecto común recogiendo el guante lanzado hace más de dos años por Juan Vicente Herrera al conjunto del sistema financiero regional, y tras asumir el protagonismo para el fortalecimiento del “músculo financiero’ cuando en el seno de la Federación Regional de Cajas, todas las entidades de ahorro, apelaron a su autonomía para rechazar el modelo de integración global que la Junta pactó con partidos políticos y agentes económicos y sociales.
La octava caja de España por volumen de activos constituye el reflejo más próximo al diseño inicial de escala autonómica que tenían tanto la Junta como el Partido Socialista de Castilla y León. Olvidados están ya los intentos fallidos, como que Caja de Burgos se sumara a la operación y un proceso complicado con momentos tensos, ruptura de negociaciones y presiones del Banco de España y del Gobierno regional.
Todos los esfuerzos de PP y PSOE para conformar ese necesario ‘músculo financiero’ parecían desvanecerse el 9 febrero del año pasado, cuando los presidentes de las cajas, apelando a la autonomía de cada entidad y a la necesidad de que fuesen las propias entidades quienes liderasen el proyecto, deciden no someter a sus consejos de administración el plan de integración diseñado por el Gobierno autonómico.
A finales de ese mes, el Consejo de Administración de Caja España, urge por unanimidad a su presidente y al Comité Directivo a impulsar procesos que conduzcan a un modelo que integre a las cajas de Castilla y León «bajo la fórmula que sea más eficiente». En la misma línea, aunque el 10 de marzo, el Consejo de Administración de Caja Duero, aprueba un mandato para contactar con el resto de cajas, con las otras cinco, para ver su disponibilidad para iniciar procesos de consolidación, integración o fusión, con dos condiciones, que redundaran en beneficio de Caja Duero y que, además, fortalecieran el sistema financiero regional.
Protagonistas
Las dos entidades de ahorro más grandes de la región se posicionan ya como protagonistas del proceso y el 12 de marzo informan a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de los acuerdos alcanzados por sus respectivos consejos de administración. Las dos cajas inician contactos al máximo nivel. A finales del mes, el 26 de marzo, Julio Fermoso anuncia al Consejo de Administración de la entidad que «por razones personales» seguirá sólo como presidente institucional, con labores de coordinación y representación de la caja, abandonando las ejecutivas. El director general, Lucas Hernández, asume desde abril la gestión diaria y las funciones ejecutivas, tal y como sucede en el resto de cajas de ahorro de la Comunidad.
El 20 de mayo, los consejos de administración de Caja España y Caja Duero acuerdan de forma unánime, iniciar un proceso conjunto y coordinado que desemboque en una decisión firme sobre la fórmula elegida para combinar sus estructuras, negocios y actividades. Asimismo, suscriben un acuerdo de confidencialidad.
La entidad supervisora advierte a las dos cajas que necesitan una tercera aliada para que la operación sea plenamente exitosa. Esta tercera entidad, según sugiere el propio Banco de España, podría ser Caja de Burgos. Sin embargo, el 10 de noviembre, la entidad burgalesa decide desvincularse del proyecto y se integra en el Grupo Banca Cívica.
Finalmente, el 3 de mayo se anuncia que las asambleas generales de Caja España y Caja Duero se reunirán la mañana de hoy para votar el acuerdo de fusión.