La inauguración de un tramo de la Ronda Exterior Sur de Valladolid sirvió ayer para que el presidente de la Junta y el ministro de Fomento se intercambiaran mensajes como antesala de la reunión que ambos tienen pendiente para concretar cómo afectará a las infraestructuras pendientes en Castilla y León el recorte presupuestario de 6.000 millones. Así, mientras Juan Vicente Herrera exige acabar con la incertidumbre y conocer qué infraestructuras se mantienen y cuáles se retrasan o suprimen, el ministro Blanco reclama un «esfuerzo colectivo necesario» para afianzar la recuperación económico y «lealtad y altura de miras de toda las administraciones».
No obstante, Herrera, que asume «el esfuerzo y sacrificio nacional» ante la crisis, insistió en que le preocupa los efectos de la reducción del déficit público sobre la llegada de la Alta Velocidad a Ponferrada, la línea del AVE que unirá Cantabria con Palencia o el soterramiento del tren a su paso por Valladolid capital.
Además, el presidente de la Junta consideró «inadmisible» el retraso en las obras de la autovía del Duero (A-11) que unirá Soria con Portugal, a través de Valladolid y Zamora, así como la León-Valladolid (A-60).
Por ello, le reiteró su oferta «de lealtad y colaboración» para agilizar las obras. «Es fundamental la colaboración y complementariedad entre todas las administraciones», insistió, para precisar que «las infraestructuras son una condición necesaria, aunque no suficiente para el desarrollo».
Herrera matizó que es conveniente «definir prioridades» porque comprende que «todo al mismo tiempo no puede abordarse». Precisamente para ello, el presidente recordó que el pasado 8 de abril remitió una carta al ministro de Fomento donde le solicitaba «una reunión de trabajo» para frenar «más retratos sobre retrasos» y evitar el «peligro de anulaciones de infraestructuras necesarias para la vertebración interna» de Castilla y León.
Racionalidad
Por su parte, José Blanco reclamó «racionalidad y sensatez» ante la «demanda insaciable» de nuevas infraestructuras y un «ejercicio de responsabilidad para reprogramar las actuaciones atendiendo a las necesidades de los territorios».
El ministro, que no concretó qué infraestructuras podrían sufrir retrasos o qué proyectos se podrían paralizar, insistió en el mensaje de que a día de hoy «todo lo planificado no es posible en los periodos de tiempo determinados». Es más, abogó, sin precisar, por continuar aquellas actuaciones que «mayor competitividad puedan aportar» a los distintos territorios.
En ese sentido, puntualizó que en Castilla y León «hay cosas todavía necesarias» y que tiene «la disposición» de hablar con el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, sobre qué se podrá hacer tras la «adecuación al nuevo escenario» de recortes.
«Los cimientos son buenos», dijo tras recordar que España es el país de la Unión Europea con la red más extensa de autovías y autopistas y, desde finales de año, de Alta Velocidad, pero con la situación actual de crisis «habrá que sacar a cada kilómetro el máximo rendimiento».
Blanco puso énfasis en el «elevado coste de mantenimiento» de las redes de comunicación, que sólo en carreteras cuestan seis millones al día a las arcas del Estado. Precisó que el año pasado en Castilla y León, el Gobierno gastó 221 millones «en mantenimiento», lo que la convierte en «la segunda comunidad con más inversión», sólo superada por Andalucía.
Blanco concluyó que Castilla y León, la autonomía con «más kilómetros de autovías y autopistas» de España, fue la tercera en inversión ejecutada en 2009».
