Mientras se acerca la fecha límite del 16 de junio fijada por el Gobierno para que se concrete la reforma laboral, Radio Nacional de España difundió en la tarde de ayer un borrador de la propuesta que maneja el Ejecutivo. El texto contempla la mala situación económica como nueva causa para que las empresas puedan realizar despidos procedentes. Esto significaría, en la práctica, una rebaja del coste del despido, ya que los procedentes, que actualmente suponen solo el 20% del total, implican una compensación de 20 días por año trabajado en lugar de los 45 días de los improcedentes.
Asimismo, el borrador incluye la propuesta ya conocida de ampliar el uso del contrato de fomento de empleo, que tiene un coste por despido de 33 días. Ambas medidas tratarían de reducir el paro y la temporalidad a la vez que buscan acabar con la duplicidad del sistema laboral, en el que unos trabajadores están muy protegidos
-los indefinidos- y otros muy desprotegidos -los temporales-.
Esta información llegaba en pleno proceso de negociación laboral entre sindicatos y patronal, un proceso en el que las perspectivas de acuerdo no son muchas, y tampoco ayuda al diálogo el anuncio que hizo el miércoles el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien aseguró que impondrá cambios en el sistema de contratación «haya o no acuerdo» entre la CEOE y las centrales.
Así las cosas, la fecha límite del 16 de junio fijada por el Ejecutivo continúa en el horizonte, mientras los sindicatos ven más cerca la huelga general. Pese a las malos augurios, el Gobierno todavía cree posible el pacto entre los agentes sociales, o al menos eso aseguró ayer la secretaria general de Empleo, Maravillas Rojo, quien confía en un acuerdo después de los «avances técnicos» que se produjeron en la reunión del miércoles y que considera «importantes», aunque no los precisó.
Por parte sindical, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, afirmó que quiere un convenio que sea «equilibrado, preserve los derechos de los trabajadores y mejore la productividad de las empresas», y que no esté enfocado exclusivamente a contentar a los mercados financieros. Sobre una posible huelga general, el líder de UGT advirtió de que la convocarán «si el Gobierno la provoca con un decreto que lesione los derechos» de los asalariados.
Al margen de este debate, pero sin salir del terreno laboral, ayer se supo que los jóvenes son los principales damnificados por la destrucción de empleo desde que comenzó la crisis, allá por el tercer trimestre de 2007, como demuestra el hecho de que el paro en esa franja de población afectara a casi 1,6 millones de personas a finales de marzo de 2010, casi el doble que al inicio de los problemas económicos.
Esta es una de las conclusiones del Índice Laboral Manpower, que destaca que la tasa de desempleo juvenil al final del primer trimestre del año en curso alcanzaba el 31,8%, frente al 16,9% de los ciudadanos de entre 30 y 64 años.
En cualquier caso, el análisis indica que esta proporción está lejos todavía de la registrada en los años 1984 y 1994, cuando hubo valores cercanos al 40%.
Asimismo, el estudio subraya que la cifra de paro en ese colectivo podría ser más elevada si no se hubiera reducido el número de jóvenes activos en 732.000 personas. Por sexos, los hombres se han visto más afectados al descender su ocupación el 37,7%, frente al 24,2% de las mujeres. Además, el desempleo juvenil afecta más a los nacionales (33,3%) que a los inmigrantes (25,5%).
