La ONG Aida acaba de cumplir diez años. Resúmame el camino seguido…
Ha sido un camino muy complicado. Cuando se fundó Aida no imaginamos que íbamos a tener que sufrir tanto (…) Aida es una organización que trabaja para intentar mejorar la vida de los que más lo necesitan, partiendo de la base de que la pobreza no es indigna para el que la sufre, sino para el que la provoca y el que la consiente (…) Nacimos con una vocación asiática, de intentar ayudar a las comunidades más pobres de unos países que conocíamos y, diez años después, estamos trabajando en una docena de países, intentando erradicar la pobreza.
¿De qué fondos económicos se financia Aida?
Para cada proyecto que gestionamos buscamos financiación en los fondos de la ayuda oficial al desarrollo, que son fondos públicos que las administraciones dedican a la cooperación al desarrollo. Pero convencer a las administraciones de la necesidad de acometer determinados proyectos resulta muy complicado. Por eso digo que el camino de Aida ha tenido muchas dificultades. Aunque al final ha sido muy provechosos.
¿Está de moda colaborar con una ONG?
Bueno, hablar de modas en este asunto me parece frívolo. Estamos hablando de las necesidades de millones y millones de personas. En 2009, de una población mundial de 6.000 millones de personas, mil pasaban hambre. Esto, en el siglo XXI, es inconcebible. No se puede concebir que la Declaración Universal de los Derechos Humanos no se cumpla íntegramente, artículo por artículo.
¿Las ONG´s tienen cada vez mayor peso en la sociedad?
Las ONG´s reflejan lo que hay en la sociedad y, en ese sentido, hay ONG´s de diverso tipo, dependiendo de sus objetivos. Algunas quieren tener una base social amplia, otras prefieren tener una gran actividad… En el caso de Aida, tenemos pocos socios pero muchísimos proyectos y voluntarios en países en vías de desarrollo. En cuanto a la implantación, Aida es cada vez más conocida en Segovia, en Madrid… pero seguimos siendo una organización muy pequeña y con un acceso a fondos limitado.
¿Qué diferencia a Aida de otras ONG´s?
Con el mayor respeto hacia el resto de ONG´s, nosotros intentamos basar nuestro trabajo en la profesionalidad y en la responsabilidad. A todo el mundo que trabaja en Aida se le reconoce un espíritu solidario, pero no se vuelve a hablar de él en el trabajo, puesto que buscamos cumplir parámetros técnicos. En Aida se contrata a las personas que puedan aportar unos conocimientos técnicos y una experiencia, no porque tengan un espíritu más o menos solidario (…) Si una persona quiere construirse una casa, debe buscar un buen arquitecto y un buen constructor. Lo mismo debería pasar en los países en vías de desarrollo: si un niño se está muriendo por una cardiopatía, lo que necesita es un médico, no un humanista solidario que no tenga ni idea de lo que debe hacer en ese caso. En Aida, todos nuestros trabajadores y todos nuestros cooperantes saben lo que deben hacer, tienen conocimientos técnicos y experiencia que avala la gestión de los proyectos que desarrollan.
¿Qué retos tiene marcados ahora Aida?
El reto sigue siendo el mismo que al principio: la lucha contra la pobreza. Nosotros no tenemos ninguna prioridad sectorial ni geográfica. Aunque nacimos con vocación asiática, ahora tenemos proyectos en África y en América (…) Se podría decir que nuestro reto es que cada vez que aceptemos un proyecto consigamos los resultados que se esperan del mismo y, por tanto, mejorar la calidad de vida de los beneficiarios para los que estamos trabajando o, al menos, cambiar su mentalidad (…) No hay que olvidar que la pobreza no es solamente una cuestión física. La persona que lleva 40 años siendo pobre tiene una mentalidad que es muy difícil de cambiar. Resulta muy complejo explicarle que tiene unos derechos y darle unos conocimientos para que sea capaz de cambiar su vida y la de su familia. (…) Por tanto, nuestro reto es siempre el mismo, conseguir cambiar el mundo, conseguir cambiar la vida de muchas comunidades que viene en unas condiciones que aquí denominaríamos infrahumanas.
¿Cómo será Aida dentro de una década?
¡Uff!. No lo se, ni quiero hacerme una idea. Quiero vivir el día a día, dedicar todo mi esfuerzo al trabajo diario. El año pasado llegamos a actuar en la vida de 400.000 personas, espero que en 2010 lo hagamos en las de, al menos, otras 400.000. Y espero que sigamos creciendo, pero siempre y cuando seamos capaces de gestionar eficientemente los recursos de los que disponemos. Me imagino que para entonces seguiremos trabajando con comunidades o con socios locales que lo soliciten, siempre y cuando consideremos que nosotros podemos aportar algo positivo en ese proceso.
¿Cómo se puede colaborar con Aida?
Nosotros no queremos pedir dinero a la gente. Si una persona nos conoce, confía en nuestro trabajo y quiere aportar dinero, bienvenido será. Le pediremos entonces que se informe del trabajo que estamos haciendo y nos diga a que proyecto quiere que enviemos su dinero (…) Pero, salvos casos puntuales, como fue la guerra del Líbano en 2006, no hacemos campañas de sensibilización para recaudar fondos. Entendemos que la lucha contra la pobreza es una responsabilidad fundamentalmente pública. En España y en el resto de los países donantes hay cantidades ingentes de dinero dedicadas a la lucha contra la pobreza. En España, antes del recorte realizado por el Gobierno de 600 millones, la cifra era de 5.200 millones. Lo que hay que hacer es gestionar esos fondos de la manera más eficiente posible, de la más responsable
(…) En cualquier caso, con Aida se puede colaborar de muchas maneras, como donando libros a Aida Books, que luego vendemos, dedicando después ese dinero a la realización de proyectos.
¿Qué balance hace de Aida Books al año de su apertura, en la calle Marqués del Arco?
Muy, muy, muy positivo. No esperábamos que en un año pudiésemos tener tan buen resultado. Desde que abrimos, el 21 de julio de 2009, hemos recibido la donación de alrededor de 10.000 libros y hemos vendido cerca de 6.500. Es una bocanada de aire fresco para los que trabajamos en cooperación al desarrollo. Además, la gran mayoría de los que han acudido a la librería han salido de ella sabiendo un poco más de lo que es la lucha contra la pobreza y eso es importantísimo. Para nosotros, el balance es extremadamente positivo, el público ha respondido de una forma maravillosa.
