Una mujer de 40 años, cuya identidad responde a las iniciales de M.C.S.C., ha matado a sus dos hijos, un niño de nueve años y una niña de once en el barrio de Parquesol en la capital vallisoletana. Ambos fueron hallados muertos ayer en una vivienda de la planta 12 del número 7 de la calle Adolfo Miaja de la Muela, al parecer a manos de su madre, según fuentes policiales, aunque por el momento se desconoce el ‘modus operandi’ y los cadáveres no presentaban signos de violencia externa.
Agentes del Cuerpo Nacional de Policía encontraron los cadáveres hacia las 19 horas de la tarde tras recibir un aviso de una vecina del inmueble a la que la madre de los dos pequeños dijo que sus hijos habían fallecido, según el subdelegado del Gobierno en Valladolid, Cecilio Vadillo.
El forense deberá determinar la causa de la muerte de los niños, sin embargo fuentes de la investigación apuntaron a que podrían haber sido asfixiados, tras haber ingerido alguna sustancia o pastilla. «Todo pinta mal», dijeron, aunque será durante la jornada de hoy cuando se conozcan los detalles de la autopsia.
Los primeros policías que llegaron hasta el domicilio encontraron a la madre con un grave cuadro de ansiedad, por lo que fue la propia Policía Nacional quien pidió a las 19.32 horas asistencia médica al Servicio de Emergencias 112 de Castilla y León para los dos menores que se encontraban inconscientes en la vivienda. El envío inmediato de dos UVIs móviles al lugar de los hechos no sirvió de nada, ya que los facultativos sólo pudieron confirmar el fallecimiento de los pequeños. La madre de los niños y presunta autora de su muerte fue trasladada en una UVI móvil hasta el Hospital Clínico Universitario de Valladolid, donde a última hora de la tarde de ayer se encontraba siendo atendida en la unidad de psiquiatría.
El padre. Asimismo, la otra ambulancia desplazada hasta la zona trasladó poco más tarde a un varón, previsiblemente el padre de los niños, que sufrió un ataque de ansiedad tras llegar a la zona y enterarse de la noticia, según informaron fuentes del 112.
Según el testimonio de algunos vecinos del inmueble en el que residían las víctimas con su madre, apuntaron que la mujer llevaba un año y medio divorciada, hecho que podría no haber superado. A pesar de ello, manifestaron que se trataba de una «buena madre» y que era una persona «muy rica» y «dulce», que nunca antes había protagonizado ningún incidente en el vecindario ni con su propia familia.
El suceso consternó a los vecinos de toda la zona y numerosas personas se agolparon a las puertas de la urbanización Cooperativa San Cristóbal, que componen seis torres de diez, 12 y 14 plantas. En total, la urbanización está ocupada por unas 300 personas, por lo que la mayoría aseguraba desconocer a la mujer y a sus hijos. Si bien María, vecina de la presunta autora de la muerte de sus hijos, ños, indicó que la mujer no trabajaba y atravesaba una situación complicada, tras su separación, aunque defendió su labor de madre.
El padre de los pequeños es profesor y los dos hermanos acudían diariamente el colegio concertado Las Agustinas, que se encuentra a unos cientos de metros de su domicilio.
Finalmente, sobre las 21.30 horas se levantó el dispositivo policial y los efectivos médicos abandonaron el lugar, tras el levantamiento de los cadáveres, lo que devolvió la calma a la zona.
