El Caja Laboral se adjudicó ayer la Liga ACB de baloncesto al imponerse en el tercer partido de la final al Regal Barcelona, al que derrotó después de una prórroga por 79-78, para, así, endosarle un contundente marcador de 3-0 en la eliminatoria decisiva.
Los vitorianos controlaron la contienda en los dos cuartos iniciales. Sin embargo, no lograron escaparse en el marcador y en el descanso solo mandaban por cinco puntos.
A partir de la reanudación, los visitantes mejoraron, aunque, eso sí, no evitaron que el choque se decidiera en el tiempo extra.
En el período suplementario, parecía que vencería el combinado azulgrana, pero una reacción postrera de la escuadra anfitriona dejó el triunfo en casa, así como el anhelado trofeo.
El club alavés se hizo con su tercer entorchado en el campeonato doméstico de la regularidad. Lo obtuvo rompiendo todos los pronósticos, que consideraban al actual campeón de Europa como el gran favorito del cruce.
Los vascos accedieron a la ronda final tras superar al Asefa Estudiantes y al Real Madrid. Contaban con el factor cancha en contra ante los catalanes, si bien ofrecieron un rendimiento fantástico.
En apenas 72 horas, certificaron la hazaña de ganar dos veces en el Palau Blaugrana. De este modo, las circunstancias pasaron a favorecerles claramente. Eso sí, nadie en el vestuario deseaba ‘lanzar las campanas al vuelo’ antes de hora, a causa de la enorme calidad de los ‘culés’.
El Caja Laboral no se relajó a pesar de su ventaja; sentenció el torneo en su primera oportunidad y delante de su público.
En 2002, el actual entrenador del equipo, Dusko Ivanovic, inauguró el palmarés liguero de los alaveses. En 2008, lo amplió el preparador croata Neven Spahija.
A la conclusión del compromiso, se conoció la designación de Tiago Splitter como el jugador más valorado de la final.
Por supuesto, la alegría se desbordó en el pabellón tan pronto como se confirmó el éxito del conjunto local.
