El presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, fue el protagonista de la anécdota que, sin lugar a dudas, generó ayer la mayoría de los comentarios en la jornada de clausura del encuentro de presidentes provinciales, al estar a punto de sufrir un accidente de tráfico cuando se desplazaba a Segovia por culpa de un vehículo que circulaba en sentido contrario en la Autovía de Pinares que une la capital de la comunidad con Segovia.
El suceso ocurrió en el kilómetro 84 de la citada vía, a la altura del término municipal de Carbonero el Mayor, cuando el vehículo de Juan Vicente Herrera se disponía a realizar una maniobra de adelantamiento a otro turismo.
El chofer del presidente se percató de que venía otro coche de frente, lo que le obligó a hacer una maniobra brusca, seguida de un frenazo con el que estuvo a punto de colisionar con la parte trasera de un camión que circulaba por la autovía.
La brusca maniobra derivada de la situación de peligro fue presenciada por los miembros de su escolta, que viajaban en otro vehículo que seguía al del Presidente de la Junta y que avisaron de lo sucedido a la Guardia Civil, que dispuso un operativo para la localización del conductor del vehículo «kamikaze», cuya maniobra es inicialmente atribuida a un despiste motivado por el desconocimiento de la vía.
Al llegar a Segovia, Herrera aseguró que todavía no se había recuperado del «auténtico susto» sufrido al pasar por esta situación de peligro y antes de comenzar la reunión pasó por la cafetería del restaurante Pórtico Real para tomar un café con el que pudo recuperar el resuello e incorporarse a la reunión.
