El fuerte desempleo, que en Europa afecta a un 21% de los jóvenes por término medio (cerca de un 49% en el caso de España), tiene un coste de casi 2.000 millones de euros cada semana para la CE, esto es, el 1% del PIB de los Veintisiete, según advirtió hace unos días el comisario de Empleo y Asuntos Sociales, Laszlo Andor.
A su vez, Andor recordó a los Gobiernos continentales que en las arcas del Fondo Social comunitario hay aún 30.000 millones de euros sin comprometer para los próximos dos años, motivo por el que los emplazó a lanzar nuevas acciones orientadas a recuperar la estabilidad en el mercado laboral.
«El peso que soporta la sociedad en estos momentos es de 2.000 millones de euros cada semana. Necesitamos, pues, un compromiso importante entre las instituciones y los Estados miembros, pero también entre estos últimos y los interlocutores sociales», defendió el comisario.
Asimismo, insistió con contundencia en que la situación es «seria y preocupante», alertando, a continuación, de que la cifra de 7,5 millones de europeos de entre 15 y 24 años de edad que no estudian ni trabajan va «aumentando con la crisis», una pauta que genera la «pérdida del conocimiento» en los Veintisiete.
Las enormes dificultades de los jóvenes para ingresar en el mercado laboral también les están obligando a «abandonar Europa», y esa es una «tendencia que no puede continuar», advirtió el responsable comunitario de Empleo. «Tenemos el riesgo de perder una generación y eso algo muy negativo para nosotros», concluyó.
Otras opciones
En esta situación, el Ejecutivo comunitario reivindicó el uso del Fondo Social Europeo, tras detectar que hay aún 30.000 millones de euros disponibles para el período 2012-2013 que no han sido comprometidos, bien por el mal uso de los recursos o por las dificultades de absorción de algunos países. Así, España sería uno de los Estados con mayores «problemas» en el uso del fondo, como aseveró Andor.
Ante ello, Bruselas propone varias acciones de cara a hacer uso de los recursos comunitarios, ofreciendo a los Ejecutivos nacionales «asistencia técnica» para garantizar la optimización de la inversión. Además, plantea mejoras en las medidas directamente financiadas por la Comisión, tales como destinar cuatro millones de euros a los Estados miembros para planes de garantía joven, que sirvan para asegurar que quienes acaban la escuela logran un empleo o continúan su formación en un plazo máximo de cuatro meses tras dejar las aulas.
Otras ideas apuestan por utilizar becas de formación, como Erasmus o Leonardo da Vinci, para favorecer que los jóvenes logren su primer empleo en empresas (hasta 130.000 puestos en 2012); reforzar el programa europeo de Voluntariado para ofrecer 10.000 vacantes; dedicar 1,3 millones para impulsar las ofertas para aprendices y usar tres millones de euros para financiar planes de apoyo a jóvenes emprendedores.
Respecto a esta serie de planteamientos de Bruselas, el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, defendió la necesidad de « reformas a largo plazo de los mercados laborales», pero añadió que éstas «llevan tiempo para producir resultados.
