La Dirección General de Tráfico (DGT) ha puesto en marcha, desde ayer y hasta el próximo domingo, 29 de agosto, una campaña especial de concienciación y control sobre el respeto a los límites de circulación, por la que «intensificará» los controles, estableciendo servicios de vigilancia en unos 2.000 tramos de carretera con los 264 radares móviles de que dispone, con el objetivo de controlar la velocidad de, al menos, 100.000 vehículos diarios en las carreteras. Según diversos estudios, en verano la velocidad media aumenta alrededor de los 3 kilómetros por hora. Hecho que es «muy extendido», tal y como refleja el Informe sobre Gestión de Velocidad del Centro de Investigación del Transporte de la OCDE-CEMT, con un 50 por ciento de los conductores que asegura superar en algún momento los límites establecidos.
El año pasado se produjeron 652 siniesros mortales, en los que la rapidez en la conducción fue uno de los factores concurrentes de los mismos, un «problema de la seguridad vial» que está presente en un 31 por ciento de los accidentes mortales, según datos facilitados por la DGT.
Dicho control será prioritario en las carreteras convencionales, que es donde se producen más del 70 por ciento de los accidentes con víctimas mortales.
En 2009, los Agentes de la Agrupación de tráfico de la Guardia Civil comprobaron la velocidad de 26,5 millones de vehículos, denunciando a 773.144 conductores por superar los límites de velocidad establecidos. Asimismo, 224 personas fueron detenidas y puestas a disposición judicial por infringir la normativa del Código Penal relativa a la velocidad.
Además, a los controles de conductas de riesgo relacionadas con la rapidez se suma la difusión de dos cuñas divulgativas. En la primera de ellas se recomienda a los conductores que utilicen el limitador de velocidad en aquellos vehículos que lo lleven incorporado.
La otra va orientada a informar que la manipulación de la matrícula con el objetivo de infringir los límites de velocidad u otras normas, además de ser considerada una infracción muy grave, demuestra una «falta de sensibilidad hacia los demás conductores al poner en riesgo no solo la propia vida, sino la de los demás usuarios de la vía pública».
Según diversos estudios citados por la DGT, en verano la velocidad media aumenta alrededor de los 3 kilómetros por hora. En este sentido, Tráfico advierte de que el exceso de pisar el acelerador es un problema social «muy extendido», tal y como refleja el Informe sobre Gestión de Velocidad del Centro de Investigación del Transporte de la OCDE-CEMT.
La DGT también alerta de que «la rapidez está relacionada con los atropellos». Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, a partir de una velocidad de 80 kilómetros por hora es prácticamente imposible que un peatón se salve tras ser atropellado.
