España aportaría 2.000 millones de euros mediante un préstamo bilateral al plan para rescatar a Grecia si se agrava su crisis de endeudamiento. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, abordó este jueves la crisis de Grecia durante un desayuno de trabajo con el presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. Ambos coincidieron en que es necesario aprobar ya el plan de rescate a Grecia para salvaguardar la estabilidad de la zona euro.
Este punto de vista lo comparten todos los países de la eurozona con la única excepción de Alemania, que sigue bloqueando el acuerdo y sólo quiere actuar «en el último momento, cuando no haya más remedio», afirmaron las fuentes consultadas.
Zapatero defendió que esperar más tiempo supondrá encarecer la operación y aumentar el riesgo tanto para Grecia como para los países de la eurozona que aporten las ayudas. Abogó además por un plan conjunto del Eurogrupo y resaltó que no bastaría únicamente una operación conjunta de Francia y Alemania.
El presidente del Gobierno considera imprescindible «atraer a Alemania al corazón de Europa» porque se trata de «la primera vez» que Berlín se aleja de esta posición central con motivo del debate de Grecia, señalaron las fuentes de Moncloa.
A lo largo del día continuarán los contactos bilaterales para tratar de convencer a la canciller alemana, Angela Merkel, de que levante su veto al rescate griego. Si Berlín da su visto bueno, se convocará una cumbre extraordinaria del Eurogrupo a las 22:00 horas, una vez que haya terminado la sesión formal del Consejo Europeo de primavera.
Si finalmente no hay acuerdo este jueves, ello supondría una «derrota política de Europa». «Europa debe demostrar que es una potencia capaz de colocar murallas a los mercados y proteger a sus miembros», afirmaron las fuentes.
Merkel insiste en que el rescate de Grecia debe ser el «último recurso»

Las declaraciones de Merkel ante el Bundestag se produjeron antes de que la canciller germana viajara a Bruselas para reunirse con el resto de líderes de la UE, que se encuentran divididos respecto al camino a seguir para prestar asistencia a Grecia frente a sus problemas de endeudamiento.
En este sentido, Merkel indicó que el Gobierno alemán defenderá «con firmeza» en dicha cumbre su posición favorable a que cualquier ayuda de emergencia combine préstamos bilaterales entre miembros de la zona euro y la intervención del FMI, aunque subrayó que estas medidas sólo deberían adoptarse como «último recurso» y añadió que Alemania «colabora estrechamente con Francia en esta cuestión».
Asimismo, la canciller alemana reiteró su negativa a aceptar ayudas concretas para Grecia, añadiendo que el país heleno «no es insolvente» y, de hecho, ha puesto en marcha un «ambicioso programa de austeridad». No obstante, admitió que si alguno de los países miembros acabara declarándose en quiebra en la actual situación, supondría un grave riesgo para el conjunto de la zona euro.
