La selección de Alemania logró el pase a semifinales del Mundial de Sudáfrica tras derrotar (0-4) a Argentina en la tercer partido de cuartos de final, al realizar un espectacular partido en el que no dio ninguna opción a la albiceleste y que aumenta sus credenciales para ser campeones del mundo.
Como hace cuatro años, Argentina cayó en cuartos y ante el mismo rival. Pero entonces lo hizo en la tanda de penaltis y ahora bajo una tormenta de goles.
La nueva generación germana impresionó al planeta al vencer con una solvencia pasmosa. Los de Joachim Loew dominaron de principio a fin, y demostraron que esta nueva generación de gente joven puede hacer historia.
El bloque germano salió con ese ímpetu que caracteriza a la juventud, perdiendo el respeto desde el primer minuto del duelo, encarando, controlando el balón y buscando desde el primer segundo de partido la portería rival.
Así, a los tres minutos, en una falta desde el costado izquierdo, Lukas Podolski colgó un magnífico balón para que Müller, que estaba libre de marca, lo tocase sutilmente desviando la trayectoria y evitando que Romero pudiese atajar la pelota.
Jarro de agua fría para los sudamericanos, que, aunque se intentaron estirar en los minutos siguientes, se encontraban impotentes ante la buena colocación alemana. Solo la magia de Leo Messi fue capaz inquietar los nervios de acero del conjunto teutón.
Mientras, la joven generación de futbolistas europeos disfrutaban jugando al fútbol, saliendo a la contra y tocando en las inmediaciones del área. Sonreía Podolski, acompañado por Müller, Ozil y Khedira.
Por su parte, Klose, que ayer disputó su partido número 100 con la elástica de su país, esperaba las asistencias de los cachorros germanos, y a punto estuvo de ampliar la ventaja en el electrónico, pero su disparo se marchó por encima del travesaño.
Segunda mitad
Los hombres de Maradona se conjuraron en el tiempo de asueto y salieron con la obvia intención de dominar el partido, pero no eran capaces de crear ocasiones de gol contundentes. Solo los tímidos disparos de Di María y de Tévez inquietaban ligeramente la portería de Neuer.
Por su parte, el cuadro del Viejo Continente tenía las ideas muy claras, esperar atrás y salir a la contra. Y así noqueó a Argentina. Klose, que continuaba esperando su oportunidad, logró su gol número 51 con su selección, tras una magnífica jugada de Podolski.
La superioridad teutona fue patente en todo momento, jugada tras jugada sonrojaban a la defensa albiceleste y acabó por llegar el tercer gol, el de la sentencia, el que dio la puntilla a un rival que se desinfló en su primer partido importante, y el que encumbró a Alemania como una de las cuatro mejores selecciones.
Schweinsteiger, que realizó una labor inconmensurable, se fue como quiso por banda izquierda, y regaló el segundo pase de la muerte para argentina, que esta vez se encargó de rematar Friedrich. Pero no fue el último balón que traspasó las redes albicelestes, y el omnipresente Klose volvió a encumbrarse y se queda a solo un gol de Ronaldo como máximo anotador de los Mundiales.
