Como parecía previsible, los controladores aéreos decidieron ayer levantar, al menos momentáneamente, el pie del acelerador de sus reivindicaciones salariales y, después de una larga reunión de los nueve vocales que integran el comité ejecutivo del sindicato mayoritario Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), que agrupa al 95% de los profesionales del gremio, anunciaron que, por «unanimidad», no llevarán a efecto la anunciada huelga que prometía paralizar los aeropuertos españoles durante la segunda quincena de agosto.
En lo que definió como un «ejercicio de responsabilidad», el colectivo justificó su decisión por entender que el Gobierno va a «empujar a AENA a retomar las negociaciones». De hecho, sin duda ese era un compromiso que conocían de antemano, puesto que a los pocos minutos de divulgarse la desconvocatoria, el presidente de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea, Juan Lema, anunció que esta misma tarde se reanudará el diálogo.
Además de reactivar el proceso para sellar un nuevo convenio colectivo, la decisión de los controladores les permitirá de paso evitar un más que previsible y furibundo linchamiento informativo, puesto que la opinión pública no está dispuesta a tolerar un nuevo chantaje laboral de unos profesionales que, como media, ganan nada menos que 250.000 euros anuales.
«Una vez más hemos entendido y atendido la preocupación del sector turístico y de numerosos pasajeros», destacó el secretario de Comunicación de USCA, César A. Cabo, durante un receso de la reunión de la cúpula de la organización sindical, que continuaba al cierre de esta edición.
Adelanto de dos días
No obstante, Cabo quiso dejar claro que la decisión de trabajar en este mes turístico por excelencia es «definitiva» y recordó que el colectivo ha hecho un esfuerzo para clarificar la situación cuanto antes, hasta el punto de que adelantaron dos días la cita, que estaba prevista en principio para el jueves, para «aliviar la incertidumbre existente entre en los pasajeros y las aerolíneas».
Y, al menos de atender a las declaraciones realizadas por varios portavoces de las compañías, lo cierto es que consiguieron su objetivo de calmar los ánimos. De hecho, en un comunicado conjunto, todas las asociaciones del sector expresaron su «satisfacción» ante la retirada de la huelga.
Asimismo, expresaron su confianza en que ahora finalice «un largo período de reiterados incidentes -especialmente en forma de bajas laborales masivas y coordinadas-, que se han traducido en importantes retrasos en los vuelos, lo que ha ocasionado serios perjuicios a los pasajeros y causado ya graves daños a las compañías aéreas, al turismo y a la economía en su conjunto».
El sector aéreo, con una participación estimada del 7% en el PIB nacional, genera cerca de 900.000 empleos en España.
Igualmente aliviado se mostró todo el entramado turístico, que había advertido de que un paro en pleno agosto supondría unas pérdidas diarias cercanas a los 40 millones de euros y hubiera afectado a casi 700.000 pasajeros.
De ahí que los hoteleros se apresuraran a considerar «magnífica» la decisión de los controladores y a manifestar su «agradecimiento» ante la «sensibilidad» demostrada por dicho colectivo al «entender» las necesidades del sector. En palabras del secretario general de la confederación Española de Hoteles y alojamientos Turísticos (Cehat), Ramón Estalella, todos aquellos turistas que esperan «al último momento para decidir sobre sus vacaciones pueden efectuar sus reservas con absoluta tranquilidad.
De acuerdo con el dirigente de Cehat, entre el 25 y el 30% de los turistas que viajarán en lo que queda de mes de agosto todavía no han concretado sus vacaciones.
Por su parte, las agencias de viajes, otro de los agentes implicados, reclamaron por boca del presidente de la principal asociación del gremio, José Manuel Maciñeiras, a AENA que «recoja el guante» lanzado por los controladores y negocie hasta zanjar el contencioso, porque no se debe olvidar que la incertidumbre en el conjunto de sector ante un posible paro, aunque sea después de estas fechas tan sensibles, todavía se mantiene.
