En España se realiza, desde 1978, un censo anual de aves acuáticas. Con la idea de sacar una “foto fija” de la invernada se establecen a nivel nacional unas fechas para que el censo se realice de forma simultánea en todo el territorio nacional. Durante estos días, técnicos de la Junta de Castilla y León, agentes medioambientales y celadores recorren la mayor parte de la provincia para tomar datos. En Segovia, el trabajo se desarrolló entre el 13 y el 23 de enero.
Este año, el número de aves acuáticas observadas ha sido de 2.932, pertenecientes a diez especies diferentes. La mayoría de los ejemplares (en torno al 80%) eran ánades reales, también llamados azulones. Otras dos especies, cormorán grande y cerceta común (imagen derecha, tomada por el ornitólogo Juan Matute en las lagunas de Cantalejo), también han sumado más de un centenar de ejemplares. Finalmente, los prospectores han visualizado otras siete especies (zampullín común, somormujo lavanco, garza real, cuchara común, focha común, avefría europea y gaviota reidora).
La mayor concentración, como es tradicional, se ha producido en el embalse de Linares del Arroyo. El segundo “destino preferido” ha sido en la actual invernada el embalse de Las Vencías, quedando en tercer lugar la recién recuperada laguna de El Espadañal, en Cuéllar. La laguna de Caballo Alba, el embalse del caserío de Allas y la laguna de las Eras también han acogido, por este orden, un alto número de aves acuáticas este año.
En cualquier caso, los técnicos de la Junta han advertido que el valor de los datos antedichos es “relativo”, puesto que para sacar conclusiones se requiere el análisis de una serie larga de años.
No obstante, los técnicos consideran que la diversidad de la invernada ha sido “muy baja” con respecto a años precedentes, posiblemente por la abundancia de agua en el campo, que puede haber propiciado una mayor distribución de las aves acuáticas por toda la geografía segoviana. En cualquier caso, los expertos afirman que Segovia “no es un lugar ideal para invernar”, debido a su elevada altitud sobre el nivel del mar.
Después de sus largas “vacaciones”, las aves acuáticas están ya preparando el viaje de regreso al norte de Europa. A finales de este mes o comienzos de marzo levantarán en vuelo, no solo en Segovia, sino en toda la Península Ibérica.
A nivel nacional se controlan anualmente cerca de 500 humedales, en los que suelen censarse alrededor de 150 especies, aunque hay fuertes variaciones interanuales. Los mejores lugares para ver patos son las marismas del Guadalquivir, el delta del Ebro, la Albufera de Valencia, y las lagunas de Villafáfila, en Zamora. En este último enclave, la mayor concentración de aves se produce entre los meses de noviembre y febrero. Además, la Reserva de las Lagunas de Villafáfila alberga más de 2.000 avutardas, constituyendo así el principal núcleo de esta especie a nivel mundial.
