El Sevilla, con su victoria de ayer por 3-1 ante el Atlético de Madrid, sigue enganchado a la lucha por obtener la cuarta plaza liguera, que da derecho a disputar la próxima Liga de Campeones.
Los andaluces no padecieron en exceso ante un adversario que, esencialmente, ya solo piensa en las dos finales que ha de disputar, correspondientes a la Europa League y la Copa del Rey.
El compromiso lo ganó el equipo que se jugaba algo en él, y se resolvió en la primera parte, ya que en la segunda mitad bajó bastante el ritmo.
No tardaron los hispalenses en adquirir renta. En el minuto cinco, Luis Fabiano, tras un fallo en cadena de la defensa rojiblanca, colocó el 1-0.
Sin embargo, ahí no se terminaron los errores, y el portugués Tiago aprovechó uno para equilibrar la balanza.
De cualquier modo, continuaron las dianas. La siguiente se produjo después de que el árbitro pitara penalti en una entrada de Valera sobre Adriano. El castigo lo convirtió Negredo en el 2-1.
El combinado de Antonio Álvarez trató de no relajarse, pues necesitaba los puntos, pero su debilidad en la zaga creaba dudas.
La tranquilidad para la parroquia anfitriona llegó en el tramo final del primer acto, cuando Pérez Burrull señaló otra pena máxima. En esta acción se lesionó Luis Fabiano, que sufre un esguince de tobillo y se ha convertido en duda incluso para la final de Copa. Negredo chutó otra vez y engañó a De Gea.
Al borde del descanso, los problemas de la defensa local permitieron crear peligro al ex sevillista Reyes. Eso sí, el remate del delantero se topó con el palo.
En la segunda parte, el Atlético, pese al desgaste derivado del duelo del pasado jueves contra el Liverpool, quiso inquietar a su rival, pero no lo consiguió.
