El británico Mark Cavendish (Columbia) prolongó ayer su fiesta con la segunda victoria consecutiva al sprint en la sexta etapa disputada entre Montargis y Gueugnon, de 227,5 kilómetros, la más larga de la presente edición, que mantuvo de líder al suizo Fabian Cancellara (Saxo Bank) y a los favoritos invariables ante el inicio de la batalla en los Alpes.
‘Míster Cav’ arrasó en la llegada masiva y rubricó el magnífico trabajo de su equipo y de su lanzador, Mark Renshaw, ante sus más directos rivales en materia de velocidad, el estadounidense Tyler Farrar (Garmin) y el italiano Alessandro Petacchi (Lampre).
El corredor de la Isla de Man vuelve por sus fueros, al nivel que le llevó la pasada temporada a ganar seis etapas en el Tour y apuntarse 23 triunfos en la temporada. Le costó entrar en juego, como a España en el Mundial de Sudáfrica, pero una vez en racha se muestra imparable. Más tranquilo que la víspera, alzó los brazos en una jornada más lenta que todas las anteriores, ya que se rodó a una media de 40,2 kilómetros por hora.
Fue una jornada de transición, con la cabeza de los favoritos en la primera batalla alpina en la estación de Rousses, donde algunos tendrán que demostrar su candidatura al podio de París. Alberto Contador sudó en la carretera, como todos, y destacó su «mejoría de las molestias en los tendones».
La general entrará en la montaña con Fabian Cancellara, protagonista de la primera semana, como líder, posiblemente por último día, ya que el ciclista de Berna pagará el peaje de las carreteras que se empinan. El británico Geraint Thomas (Sky) se mantiene a continuación, a 20 segundos, y el campeón del mundo, el australiano Cadel Evans (BMC), ocupa la tercera plaza a 39.
Andy Schleck, que guarda la renta que le facilitó Cancellara en la etapa del pavés, afrontará el ascenso a Rousses sin su hermano Frank, que sufrió una fractura de clavícula, pero con una ventaja de 31 segundos sobre Alberto Contador, noveno clasificado.
El madrileño, que aventaja a su vez a Lance Armstrong en 45 segundos, no descarta un ataque en los Alpes, pero eludió la responsabilidad, «ya que son otros los que tienen que llevar el protagonismo de la carrera».
La caravana de la ronda gala hizo ayer muchos kilómetros, con un asfixiante calor en la región borgoñesa y poca sustancia. Los aventureros cumplieron con su papel: la escapada; los favoritos se dedicaron a no deshidratarse bajo el sol y ahorrar energías para el primer asalto montañoso y los equipos de los sprinters se pusieron las pilas a 10 kilómetros de meta para colocar en condiciones a sus respectivos galgos, justo cuando fue anulada la escapada de turno.
Esta vez, la protagonizaron el vizcaíno Rubén Pérez (Euskaltel-Euskadi), el francés Perget (Caisse d’Epargne) y el alemán Sebastian Lang (Omega), si bien se unieron momentos antes de la absorción los franceses Champions (Ag2r) y Charteau (Bouygues). Esfuerzo baldío para el trío inicial y sus visitantes, que se mantuvieron escapados durante 210 kilómetros.
Nadie discutió el guión establecido. Los hombres de Cavendish pusieron al personal en fila, el Garmin incordió metiendo a medio equipo en cabeza y el Lampre a la expectativa con Petacchi con la caña preparada.
Los Garmin lanzaron a Farrar en cabeza tras la última curva, pero Renshaw le tomó la matricula y se fue a por él. Cavendish se puso a su sombra. El primero se apartó a 250 metros de la línea y el resto fue coser y cantar victoria. La duodécima en el Tour para el resucitado chico travieso del pelotón. Esta vez soltó un río de lágrimas. Se ha liberado de la tensión. Volverá después de los Alpes.
Ahora, finalizada esta primera semana de toma de contacto, el Tour de Francia enlazará hoy con los Alpes en una jornada de media montaña que ligará la ciudad de Tournus con la estación de esquí de Rousses, en la que se prevé una nueva selección entre los candidatos al triunfo.
El recorrido, de 165 kilómetros, constará de seis ‘tachuelas’, de las cuales las tres últimas son de segunda categoría, estando la cima de la última, la Côte de Lampura, a tan solo cuatro de la línea de meta, por lo que los equipos de los principales favoritos deberán trabajar a tope para evitar que las emboscadas de los ‘tapados’ puedan ocasionar algún susto con consecuencias en la general.
