Tres personas han muerto y una ha resultado herida tras derrumbarse esta madrugada un edificio de viviendas en la localidad napolitana de Afragola, en el sur de Italia, a lo que contribuyó, según las primeras hipótesis, la filtración del agua de las intensas lluvias caídas las últimas horas.
Según los medios de comunicación italianos, los fallecidos son un un joven matrimonio de 29 y 33 años cuyos cuerpos abrazados fueron extraídos de entre los escombros poco después de las 10.30 hora local (08.30 GMT), así como una mujer de 75 años, vecina también del edificio de dos plantas derrumbado.
La única superviviente de la tragedia es la nieta de la señora, una niña de 10 años que se quedó a dormir con la abuela la pasada noche y cuyo cuerpo fue extraído con vida de entre los escombros en torno a las 14.00 hora local (12.00 GMT), después de permanecer unas doce horas sepultado.
El hallazgo de la niña entre los escombros, que había quedado protegida por una bolsa de aire formada tras el derrumbe, fue muy celebrado por los vecinos, entre los que hay personas que tuvieron que abandonar sus casas en la madrugada ante el riesgo de posibles nuevos derrumbamientos en la zona adyacente.
En un principio se llegó a hablar incluso de siete desaparecidos, pues durante las últimas horas las autoridades italianas trataron de localizar a tres inmigrantes de Marruecos y Ghana también vecinos del inmueble pero de quienes no se tenía certeza que pudieran encontrarse en casa en el momento del derrumbe.
De hecho, uno de ellos se puso en contacto ya este sábado con la Policía para confirmar que habían pasado la noche fuera del lugar.
Los bomberos italianos trabajaron durante más de doce horas, excavando con las manos entre los escombros y con la ayuda de perros, para conseguir localizar a los desaparecidos tras el derrumbe.
El derrumbe, ocurrido hacia la 01.30 hora local (23.30 GMT del viernes), se pudo haber producido al ceder la estructura debido a las importantes filtraciones de agua de las lluvias caídas desde anoche en el centro y sur de Italia, que estuvieron acompañadas de fuertes rachas de viento.
El consejero de Protección Civil de la región de Campania, Edoardo Cosenza, dijo a los medios de comunicación italianos que aunque la lluvia ha podido tener algo que ver en el derrumbe del edificio, no puede ser la única causa.
«Los edificios no caen nunca por inundaciones. El patrimonio inmobiliario debe ser adecuadamente controlado y mantenido si se quieren evitar tragedias como ésta», agregó Cosenza.
El edificio, que data de los años 30 del siglo XX, había sido reestructurado recientemente en su interior, según los medios.
En un comunicado de prensa, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, transmitió este sábado sus condolencias a los familiares de las víctimas.
