Bonito pero incómodo. Eso debe pensar la mayoría de los segovianos que residen fuera del casco histórico de la ciudad, quienes a la pregunta de si estarían dispuestos a residir en esta zona admiten claramente que no. Lo hace casi la mitad de los encuestados por Segovia Opina para EL ADELANTADO, un 48,87%, mientras que del resto, algo más del 40% sí se siente atraído por el centro antiguo como un lugar para vivir y un 9,32% no contesta, previsiblemente porque ya residen en él.
Algo más de la mitad de las personas que respondieron al sondeo identifican el caso histórico de Segovia como una zona de ruidos y molestias. Hay que reconocer que tradicionalmente en el centro se encuentran los lugares de ocio, bares y discotecas que ocasionan mayor tránsito de personas por sus calles y plazas, con el consiguiente ruido, especialmente fines de semana. Sin embargo, muchos vecinos han puesto de manifiesto en los últimos años que con la apertura de más facultades universitarias en la capital la fiesta nocturna se ha extendido a los jueves, cuando los estudiantes organizan celebraciones o los establecimientos realizan promociones para ellos.
Más recientemente, como algunos centros no imparten clases los viernes, es en otros días de la semana, como los martes, cuando se está percibiendo un mayor número de personas en las zonas de ocio.
Dentro o en el límite de estos barrios históricos hay grupos de jóvenes que organizan también ‘botellones’, algunos muy concurridos como los del valle del Clamores (zona de la Hontanilla) o el paseo del Salón, que, además del ruido nocturno, ofrecen al día siguiente un desolador panorama de basuras y desperfectos.
Junto a esa suciedad que, a pesar de los esfuerzos de los servicios de limpieza de la ciudad, es evidente determinados días, se suma otra ocasionada por la mala educación de quienes buscan la diversión en el casco histórico y alivian sus vejigas en rincones y callejones, desde la Judería a la Potenda, donde es frecuente percibir un fuerte olor a orín.
Por si fuera poco, en las últimas décadas han desaparecido muchos comercios de alimentación y así lo han señalado también los segovianos en esta encuesta, pues prácticamente dos de cada tres ciudadanos creen que tendrían dificultades para obtener productos de alimentación en esta zona, así como otros artículos de primera necesidad.
Precisamente, las instituciones y entidades que forman parte del Plan Estratégico de Segovia y su área de influencia, Segópolis, son conscientes de las dificultades de los residentes del centro histórico y su presidente, el alcalde de Segovia, Pedro Arahuetes, anunciaba esta misma semana la necesidad de impulsar un órgano específico para gestionar su revitalización.
Arahuetes señaló el viernes, en la presentación de la revista semestral de Segópolis, que el centro histórico “ha experimentado profundas transformaciones en las pasadas décadas”, señalando entre otras la tercerización del espacio y cambios en las pautas de consumo de bienes y servicios urbanos.