La primera de las dos corridas de toros programadas, tercer festejo de feria, ofreció sobre todo una memorable actuación del diestro burgalés Jesús Martínez “Morenito de Aranda”. Fue realmente portentoso el toreo fluído que encandiló al respetable.
Julio Pedro Saavedra Lances suaves con revolera. Primeros compases muleteriles recrándose en sentidos pases en redondo y al natural magníficos fueron los que sintió en la ejecución el diestro- ganadero y empresario taurino. Supo entender la embestida del astado al que administró dosis de excelente toreo con clase y estética. Cortó una oreja.
Al cuarto toro de la tarde, soso y desaborío, lo capoteó para fijar la embestida. Luego doblones e intentos baldíos por la cortedad del viaje, algunos buenos derechazos de los que salía suelto el morlaco y brevedad en la faena.
Javier Valverde Excelentes verónicas de saludo abierto el compás y quite con una chicuelina y un delantal. Buenos muletazos previos para acompasar la embestida boyante de su antagonista. Repite por el pitón derecho en series que se jalean. No va igual de bien por el otro pitón por lo que retorna al bueno con nuevas tandas magníficamente interpretativas del toreo fundamental. Cuajó excelente faena que le valió una oreja.
Al regular quinto toro de la tarde, simples capotazos para cumplir el trámite. Toreo de excelente componenda mientras “Cubalibre” interpretaba “En er mundo” decicado a este crítico, cuestión que agradezco. Naturales de hechuras sensacionales y emotivas sensaciones que calaron hondo en el público. Mató mal estropeando un éxito seguro.
Morenito de Aranda Enorme, torerísimo y artista toda la tarde. Se estira a la verónica con clase y ortodoxia cerrando con media belmontina. Exquisito en el trato y un toreo de matices con torería sobre todo, lento, majestuoso, estático y templando los muletazos, entusiasmó al cónclave que no cesó de aclamar a este Jesús Martínez, portento de torero llamado a ser figura del toreo en breve espacio de tiempo. Excepcional el toreo al natural, reposado, lento y templado con muletazos de medida trayecoria, un dechado de perfecto emblanaje. Imprimió esencia pura en los pases iniciados con la flámula adelantada y corriendo la mano, jugando la cintura y dejando al burel el espacio y tiempo suficientes para mostrar la clase que llevaba dentro. Una gran faena para una merecida oreja.
Con el que cerraba plaza, volvió a renacer el toreo de arte y ensayo, espaciado, natural y sincero. Manejó el percal con sobriedad y elegancia. Toreo al natural procurando dar ventaja al toro que fue de menos a más y a mejor. Excelente el toreo en redondo con altas dosis de calidad y mayestática compostura y galanura. Cuajó las tandas con solvencia y enorme calidad del toreo del más puro concepto.