En lo que representa una desgraciada confirmación de los temores expresados por casi todos los integrantes del sector pesquero, el atunero vasco Alakrana, con base en el municipio vizcaíno de Bermeo, fue secuestrado durante la madrugada del jueves al viernes por piratas somalíes.
El buque faenaba en aguas internacionales del Océano Índico y, según informaron fuentes del Ejecutivo de Vitoria, sus 36 tripulantes se encuentran en «buen estado». La dotación de la nave está integrada por 16 marineros españoles -7 vascos y 9 gallegos-, 8 de Indonesia, 2 de Malasia, 3 de Senegal, 4 de Ghana, 2 de Costa de Marfil y1 de Seychelles.
En el momento del abordaje, en torno a las cinco y media de la mañana, el atunero se encontraba bastante alejado de los límites del perímetro de la denominada Operación Atalanta, puesta en marcha a principios de 2009 por la Unión Europea, que ha desplazado hasta la zona una flota de guerra compuesta por navíos de diferentes nacionalidades en un intento, bastante infructuoso, de frenar el saqueo.
En concreto, en el momento del apresamiento, el Alakrana echaba sus redes a unas 800 millas de la zona vigilada y a unas 400 millas de la costa del país africano, según detalló el Ministerio de Defensa. Las fuentes del departamento que dirige Carme Chacón detallaron que, tras recibir el SOS del pesquero, dos helicópteros luxemburgueses que forman parte del operativo Atalanta sobrevolaron el pesquero y certificaron la presencia de varias personas armadas en cubierta.
También el avión de vigilancia español P-3 Orión ratificó que había dos piratas armados con rifles en el atunero, que estaba siendo remolcado por un esquife, típica embarcación utilizada por este tipo de delincuentes.
Preservar a las personas
Inmediatamente después de conocer el abordaje, el Gobierno puso en marcha una Comisión de Coordinación, presidida por la vicepresidenta De la Vega, a la que asesoran los titulares de Exteriores, Defensa, y Medio Rural y Marino, así como el Jefe del Estado Mayor, el director del CNI y el del Gabinete del presidente del Gobierno.
Tal y como explicó la propia número dos del Ejecutivo, su máxima prioridad pasa por «preservar la seguridad de la tripulación».
No obstante, Moncloa trató desde un primer momento de eludir las posibles responsabilidades por un suceso que bien podría ser vinculado con la negativa del Ejecutivo a embarcar militares en los pesqueros, tal y como llevan reclamando los armadores desde hace meses.
Así, por mediación del comandante del Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa, general Jaime Domínguez Buj, se atribuyó el «incidente» a la lejanía del Alakrana de la zona protegida por la UE. «Cada uno es dueño y responsable de sus actos», explicó el alto mando con respecto a la soledad del buque.
Por si no hubiera quedado bien claro, el general reveló que la fragata Canarias, de misión en la zona, había advertido el jueves de la presencia en esa zona de embarcaciones somalíes con intenciones sospechosas y remarcó que tales temores fueron notificados a los atuneros.
Ahora, aunque de poco le servirá ya al Alakrana, los armadores de los 17 buques que faenan en aquellas aguas dieron orden a todos los patrones para que salgan del caladero, como medida preventiva, hasta que se puedan garantizar las condiciones de seguridad que permitan volver al trabajo.
Quejas de casi todos
Por supuesto que ni las explicaciones de Madrid, ni la tardía retirada, sirvieron para apaciguar las críticas de la oposición, liderada por el PNV, quien achacó el suceso al Gobierno por negar la presencia de soldados a bordo de los navíos.
Muy similares fueron las quejas del PP al denunciar la «pasividad» del Ejecutivo central, al que instó a adoptar, con carácter urgente, las medidas necesarias para evitar futuros ataques.
Otras formaciones como el BNG y CIU reclamaron la comparecencia inmediata en el Congreso de Chacón para que informe sobre el secuestro y detalle la respuesta que dará el Ejecutivo.
De tales reproches se defendió el PSOE con el argumento de que, tal y como ya sostuvo en su momento, «jurídicamente no es posible» embarcar a infantes de marina en los pesqueros.
Además, siempre según la formación de Ferraz, la ministra Chacón «se ha dejado la piel en la respuesta para llevar el máximo de recursos, nacionales e internacionales, a la zona».
