Fueron décadas de infructuosos intentos por lograr la rehabilitación de la Casa de la Moneda de Segovia y no pocos los años para que las administraciones públicas superaran desavenencias y sellaran el acuerdo para financiar las obras. La adversidad parece ser sello de identidad de la Ceca, construída en 1583 por Juan de Herrera por orden del rey Felipe II. Y es que durante la ejecución de las obras de rehabilitación, que se iniciaron en febrero de 2007, las dificultades también hicieron acto de presencia, provocando que los trabajos arrastren hoy un importante retraso.
Nadie se atreve a decir cuando pueden acabar las obras; tampoco el alcalde, Pedro Arahuetes (PSOE), que ayer — en la presentación de la réplica de una de las ruedas hidráulicas que movían los ingenios de acuñar moneda— admitió que “aventurar fechas al final es equivocarse”. En este “error” cayó el arquitecto director de las obras, Eduardo de la Torre, quien en noviembre de 2008, en una visita a las obras del Real Ingenio, que alcanzan entonces el 50% de ejecución, aventuró que los trabajos en el conjunto de edificios que integran la Ceca concluirán en el plazo de un año.
Lo cierto es que las previsiones apuntan a que la Ceca podrá abrir sus puertas en el verano de 2010, cuando inicialmente estaba previsto que la intervención concluyera en febrero de 2009. Esto es, el Real Ingenio abriría al público tras 42 meses de obras; con un retraso de 18 meses.
“No puedo adelantar fechas, solo puedo decir que el día que inauguremos será porque tenemos garantizado al 100% no solamente la finalización de las obras de rehabilitación, sino también la investigación que se está llevando al mismo tiempo”, apuntó el alcalde. “Los trabajos —añadió— van bien, pero van lentos, porque es un trabajo muy minucioso, a lo largo de las obras se han ido descubriendo datos de interés histórico que han obligado a replantear el proyecto”. Arahuetes restó trascendencia a los retrasos. Es más, se declaró “muy satisfecho” de cómo se estaban ejecutando las obras y dedicó un agradecimiento a la empresa adjudicataria, Volconsa, que “está comprendiendo que los trabajos tienen que hacerse en esta línea”.
¿Por qué tanto retraso?. Lo cierto es que han obedecido a diversos factores, como los problemas estructurales detectados en uno de los edificios del recinto, la antigua fundición, y los descubrimientos arqueológicos que obligaron a modificar el proyecto para ajustarse a la realidad de los inmuebles del complejo.
Para la consolidación de aquel inmueble, el destinado a albergar actividades culturales —contará con salón de actos, bajo dos grandes bóvedas— el Ministerio asumió un gasto extraordinario de 1,2 millones de euros. Y recientemente aprobó otra partida de 300.000 euros para trabajos arqueológicos y de gestión de residuos. Fuentes consultadas por esta Redacción indicaron que la inversión prevista, de 6,1 millones, alcanzará finalmente los 8 ó 9 millones de euros.
Excavaciones
Los trabajos arqueológicos están ya prácticamente acabados, según explicaron ayer la arqueóloga Amparo Martín y el director del Museo Provincial, Alonso Zamora, encargado de redactar el proyecto del futuro museo de la Ceca, por encargo de la Fundación Real Ingenio.
Con las excavaciones acabadas, Alonso Zamora dispone ahora de un plazo de seis meses para entregar el Proyecto Museológico, el que definirá el uso de cada dependencia y donde deben colocarse desde las vitrinas con materiales hasta la maquinaria reconstruída. El también director del Museo Provincial confesó ayer que el documento ya está redactado casi al 80% y que su propósito es “entregarlo en el menor plazo posible”. Este estudio deberá después completarse con el Plan Museográfico; esto es, el índice general sobre los documentos, máquinas y piezas que se mostrarán al visitante.
La arqueóloga Amparo Martín confiesa que los hallazgos arqueológicos no han sido espectaculares, aunque sí han permitido obtener numerosos datos sobre la construcción y conservación de los distintos edificios. “Nos ha sorprendido mucho, por ejemplo, encontrar pavimentos originales, que pensábamos que estarían destruídos, pero es que se fue construyendo sobre ellos”, afirma la arqueóloga. Las excavaciones han permitido sacar a la luz los restos del canal y antiguos aliviaderos; o las huellas de las antiguas ruedas hidráulicas, lo que ha permitido saber aproximadamente sus dimensiones. “Para nosotros fue emocionante”, dijo.
En este sentido, Alonso Zamora señaló que los trabajos de arqueológica han permitido obtener datos “de mucho interés científico, documental e histórico”. “Muchas veces son pequeñas huellas en el suelo de haber sujetado, por ejemplo, un banco, son ese tipo de cosas que no son espectaculares, pero son datos que para saber cómo funcionaba el Real Ingenio son esenciales”.
