La lectura de la versión de José Antonio Linage sobre los Fueros de Sepúlveda puso el broche final ayer por la noche a la Fiesta de los Fueros, que a lo largo del pasado fin de semana ha transportado la villa a la Edad Media, atrayendo a miles de visitantes que se han implicado en la actividades programadas. La participación de los ciudadanos en los actos era uno de los objetivos del Ayuntamiento en esta fiesta. Así lo manifestó ayer la alcaldesa de Sepúlveda, Concepción Monte, quien afirmó que “hemos conseguido una fiesta con menos presupuesto y mayor éxito de público”. En este sentido la alcaldesa aseguró que el presupuesto de esta edición se ha reducido considerablemente, 25.000 euros, en comparación a la última edición, en la que se gastaron más de 100.000 euros. “Desde el principio hemos pretendido controlar el gasto, y también conseguir la participación de los ciudadanos, que son el alma mater de esta fiesta”, apuntó.
Unos 40 artesanos de todos los sectores: alimentación, bisutería, cuero, telas, madera, cristal, etc. han tomado parte este año en la feria, y muchos coincidieron en resaltar su organización y la gran afluencia de público, sobre todo en las tardes del sábado y domingo, aunque también afirmaron que las ventas se han reducido, al igual que en otras ferias similares, debido al momento económico actual.
Este año los artesanos han tenido más horas de venta, ya que el Ayuntamiento instaló unos puntos de luz en sus puestos para alargar su apertura hasta la noche.
Sin duda, uno de los actos que más público congregó en las calles de Sepúlveda fue la actuación el viernes por la noche del grupo segoviano Nuevo Mester de Juglaría, que con un concierto de su repertorio más conocido encandiló a las más de 3.000 personas que se concentraron en la plaza. Los más mayores del lugar no recordaban tanta gente en la plaza en conciertos anteriores.
Otra de las actividades que también tuvo una gran aceptación fue la degustación del cerdo, asado durante todo el sábado en la plaza de los Gorrinos. Por la noche, los sepulvedanos hicieron cola para catar este exquisito manjar.
Teatro, música, y pasacalles han puesto el resto de la animación a esta tradicional fiesta, que ha cumplido otro de sus objetivos: reconocer los Fueros de Sepúlveda.
