El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ha advertido del riesgo de que el fuerte aumento del paro «adquiera gran persistencia», lo que podría retrasar la recuperación económica.
En su discurso ante el Consejo de Gobierno del Banco de España para presentar el Informe Anual del organismo correspondiente a 2008, Fernández Ordóñez ha sostenido la probabilidad de que lo peor de la crisis «haya sido ya superado», lo que se reflejará en la segunda mitad del año, a medida que la amplia batería de medidas adoptadas despliegue sus efectos.
No obstante, ha considerado que la trayectoria del empleo es «preocupante», ya que, a pesar de las recientes señales positivas ligadas a factores estacionales», la destrucción de puestos de trabajo puede prolongarse y la tasa de paro continuar ascendiendo.
Una de las reformas más acuciantes, según el Banco de España, es la del mercado de trabajo, que es «donde se manifiestan los problemas más apremiantes», dada la actual magnitud de la destrucción de empleo, que evidencia, una vez más, las distorsiones de este mercado.
En este sentido, Miguel Ángel Fernández Ordóñez ha insistido en que la recuperación de la economía española requiere reformas que favorezcan que los sectores productivos con elevado potencial de crecimiento y dinamismo tecnológico releven a la construcción.
La reforma, ha añadido, debe prestar especial atención a que las condiciones laborales se ajusten a los momentos cíclicos de la economía y, en particular, a las circunstancias específicas a las que se enfrentan las empresas o los sectores productivos, para evitar que el ajuste se produzca mediante la pérdida de puestos de trabajo.
Además, ha instado a modificar los sistemas de contratación, para que quienes han perdido su empleo puedan retornar con prontitud a la vida laboral y a mejorar los sistemas de intermediación en el mercado laboral y de la movilidad y formación de los desempleados.
No obstante, el gobernador no sólo se ha referido a la reforma del mercado de trabajo e insistido en que para alcanzar un nuevo patrón productivo, las actuaciones estructurales han de abarcar una gran variedad de campos.Entre ellos ha citado la mejora de la educación, el incremento del capital tecnológico, la mejora del entorno competitivo en el que las empresas toman sus decisiones, la liberalización y competencia en las industrias de red o recuperar el impulso liberalizador, en particular en los sectores energéticos, de telecomunicaciones y transporte ferroviario.