El ministerio de Guía y Orientación Islámica iraní ha anulado hoy todos los permisos a las agencias de prensa extranjera y les ha advertido de que no pueden cubrir ningún acto en la calle que no cuente con su autorización, y se ha instado a los periodistas a que no asistan a las manifestaciones previstas hoy en la capital.
Por otra parte, la líder del Consejo Nacional de la Resistencia Iraní (CNRI), Maryam Rajavi, ha insistido hoy en que las elecciones presidenciales iraníes deben ser anuladas y ha pedido una nueva convocatoria electoral supervisada por la ONU.
Rajavi ha señalado que, tal y como ha estado defendiendo en las últimas tres décadas el CNRI, el reciente proceso electoral en Irán debe ser reemplazado por «elecciones libres supervisadas por la ONU basadas en la soberanía popular y no en la ley suprema de los mulá». De este modo, Rajavi ha reiterado su respaldo a la reivindicación del principal candidato de la oposición, Mir Husein Musaví, en el sentido de que las «falsas elecciones» de la semana pasada deben anularse.
Pero, al mismo tiempo, la responsable del CNRI pidió también que se anule el principio «velayat-i-faqih», que es el que concede al líder supremo de la Revolución el poder absoluto, político y religioso sobre toda la nación, y al que Musaví ratificó su lealtad.
La reacción del CNRI se produce el mismo día en que el Consejo de Guardianes de Irán ha anunciado su disposición a realizar un nuevo recuento de los votos, pero sólo en las urnas en las que se hayan denunciado irregularidades, y un día después de la oleada de violencia desatada y de las protestas en todo el país, que el lunes se cobraron la vida de al menos siete personas, causaron heridas a decenas más, y ha desencadenado detenciones de responsables reformistas.