“La fama cuesta, y aquí es donde vais a empezar a pagar con sudor”. Remedando las palabras de la dura profesora de ‘Fama’, la popular serie de los años ochenta, encarnada por Debbie Allen, podría decirse que las obras también tienen su coste, y que tener una ciudad más moderna y con mejores servicios tiene un precio en forma de molestias a los ciudadanos, inconvenientes de los que los problemas para circular son uno de los más importantes.
Las obras que se están ejecutando en José Zorrilla, una remodelación integral de la calle, con un coste de más de tres millones de euros y casi seis meses previstos para su ejecución, son la causa principal de unos problemas de tráfico que, en mayor o menor medida, la ciudad viene padeciendo desde hace meses y que previsiblemente se incrementarán a partir de hoy, con el comienzo del curso escolar y centenares de padres acercando a sus hijos a los distintos centros.
Las complicaciones para cruzar de una zona de la ciudad a otra, que se hicieron muy patentes cuando se cortó el tráfico bajo los arcos centrales del Acueducto, se han visto notablemente agudizadas con las obras de José Zorrilla y la Plaza de Somorrostro, con la imposibilidad de pasar desde Coronel Rexach y la Plaza Alto de los Leones hacia la calle Independencia.
Así, las únicas alternativas son una perennemente congestionada avenida Juan Carlos I, en la que en momentos puntuales el atasco se extiende desde casi las inmediaciones de la rotonda de la Plaza de Toros hasta la Puerta de Madrid, colapsando a su vez la avenida de la Constitución y buena parte del Camino Nuevo; o el recorrido que une la avenida de la Constitución y el Camino Nuevo a través de Teniente Coronel Fernández de Castro y Lope Tablada de Diego.
Actualmente, y casi hace falta un callejero y rotuladores de colores para seguir la pista, se puede transitar por José Zorrilla, en sentido ascendente, entre la calle El Roble, de entrada y Relojeros, de salida. A continuación, está cortada la calle Morillo y abierta Ortiz de Paz, que permite pasar desde la zona Occidental a la Oriental de la ciudad, y que también se colapsa en momentos puntuales del día, problema que incluso se extiende a la subida de Coronel Rexach.
Continuando con la ascensión por José Zorrilla, está abierta al tráfico, como salida del aparcamiento de la plaza, la calle San Vicente Ferrer, y cerradas, en la acera izquierda de la calle, tanto la calle de las Conchas como la calle Velázquez. Más arriba, se puede atravesar José Zorrilla por Teniente Coronel Fernández de Castro y Lope Tablada de Diego, la citada ruta entre la avenida de la Constitución y el Camino Nuevo.
Aún más arriba, está cortada aún la calle Santos Sanz, aunque, anunciando ya el nuevo sentido descendente de la calle, se puede transitar desde la rotonda del Bar Norte hacia abajo, con salida por la calle Cristo del Mercado.
Al margen de las obras de José Zorrilla y sus ‘efectos colaterales’ la ciudad continúa presentado problemas puntuales de tráfico en algunos puntos, por ejemplo en la Plaza de la Rubia y sus aledaños, fundamentalmente en los horarios de carga y descarga, aunque las complicaciones en el casco antiguo se han aliviado de manera importante con la reapertura, hace diez días, de la calle Martínez Campos, en la parte trasera del Colegio Jesuitinas.
Vía Roma, en los puntos en que el tránsito de reduce a un solo carril por los aparcamientos laterales; la salida del barrio del Carmen por Juana Jugan o la entrada a la capital por la carretera de Madrid son otros puntos conflictivos habituales en momentos puntuales del día.
En cualquier caso, y aunque en momentos concretos los atascos son inevitables en cualquier ciudad, es de esperar que la situación mejore de manera notable a partir del mes que viene, cuando las obras en José Zorrilla concluyan, siempre con la incógnita de cómo le sentará al tráfico el previsto cambio de sentido de la calle.