La cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete, en la que los líderes comenzarán a mostrar sus cartas para ver quién ocupará los puestos de presidente estable del Consejo y de futuro jefe de la diplomacia europea, arrancó ayer en Bruselas con la tradicional reunión con el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek.
Aunque la Presidencia sueca extrema la prudencia y no quiere lanzar formalmente el debate sobre los candidatos para ocupar los puestos que crea el nuevo Tratado de Lisboa hasta que el texto sea ratificado por el dirigente checo, Vaclav Klaus, la pregunta que más escucharon de la prensa los participantes en la cita es cuál es su candidato a mandatario y alto representante de la UE.
El ex premier británico Tony Blair y los primeros ministros de Países Bajos, Jan Peter Balkenende, y de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, parten como favoritos, aunque no se descarta que haya un candidato tapado que aparezca en el último minuto, como sucedió en 2004 cuando José Manuel Durao Barroso fue elegido inesperadamente líder del Ejecutivo comunitario.
Blair, además, se está revelando como una figura que puede dificultar el consenso. Y nombres que hasta ahora no aparecían en el tablero comienzan a hacerlo, como el ex canciller austríaco Wolfgang Schussel. De momento, el ex premier británico cuenta con el apoyo explícito de su sucesor en Downing Street, Gordon Brown, para quien sería un «excelente» aspirante.
También le apoya expresamente el dirigente italiano, Silvio Berlusconi. Sin embargo, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, que fue el primero en promover a Blair, ya no es tan entusiasta, y no está claro si la canciller alemana, Ángela Merkel, lo aceptaría.
El diario británico The Times publicó ayer que Blair está interesado en ser el primer presidente de la Unión Europea siempre y cuando el cargo sea de peso y le permita influir en la escena internacional.
Algunos de sus amigos señalaron a este periódico que el ex primer ministro estaría dispuesto a abandonar sus lucrativas actividades actuales -asesor empresarial, conferenciante y enviado del Cuarteto para Oriente Próximo- si los Veintisiete llegan a un acuerdo para que el cargo sea de gran importancia.
Enfrentados
Mientras tanto, los países del Benelux (Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo) lideran el frente anti-Blair con el argumento de que un país que no está en el euro ni en el espacio sin fronteras Schengen no puede ocupar la Presidencia. Así lo adelantó el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, que se ha postulado para ocupar el cargo. Sin embargo, sus recientes enfrentamientos con Sarkozy y Merkel pueden restarle puntos.
Como tercera vía entre Blair y Juncker emerge en los últimos días la candidatura de Balkenende. De hecho, España ve con buenos ojos al primer ministro holandés como presidente permanente de la UE, ya que hoy por hoy es el candidato que parece generar un mayor consenso. De hecho, el líder del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó ayer que él quiere un líder «europeísta, con una gran vocación».
Mientras, el dirigente del grupo popular europeo (PPE), Joseph Daul, aseguró que Tony Blair no es un buen candidato y manifestó que quien ocupe el puesto debe ser un «político unificador» y «muy buen europeo que esté dentro del Euro».
