La bomba-lapa cuya explosión ha matado al inspector de Policía Eduardo Puelles García estaba compuesta por entre kilo y medio y dos kilos de explosivo y colocada junto al depósito de combustible del coche del agente, han informado a EFE fuentes de la lucha antiterrorista.
El cadáver de Eduardo Puelles, que ha quedado completamente calcinado por el incendio provocado por la explosión, ha sido retirado del lugar del atentado a las 12.15 horas para su traslado al Instituto Anatómico Forense de Bilbao.
El departamento de Interior ha explicado que hacia las diez de la mañana los bomberos lograban extinguir el incendio que se ha originado tras la explosión del atentado que ha costado la vida al inspector de la Policía Nacional Eduardo Antonio Puelles, que ha originado una importante columna de humo que se podía ver desde barrios próximos de Bilbao, y que ha sido calificada como un «trueno» y un «estruendo» por los vecinos del barrio de Santa Isabel.
Al lugar del atentado se han desplazado autoridades y dirigentes políticos vascos como el consejero de Interior, Rodolfo Ares, el Diputado General de Vizcaya, José Luis Bilbao, el delegado del Gobierno, Mikel Cabieces, o el presidente del PNV, Iñigo Urkullu.
El lehendakari, Patxi López, que irá a Arrigorriaga tras comparecer en el Parlamento vasco, ha convocado para mañana concentraciones al mediodía ante las instituciones y una manifestación a las seis de la tarde en Bilbao.
El lehendakari ha destacado que «los terroristas han acabado con la vida de un trabajador de este pueblo, cuyo único delito ha sido garantizar la seguridad y la libertad de los vascos y velar por el cumplimiento de la ley y del Estado de Derecho. Eduardo Antonio Puelles, como todas las víctimas del terrorismo, era uno de los nuestros, un defensor de Euskadi y de los ascos».
Así mismo, el Ayuntamiento de Arrigorriaga y el Parlamento vasco celebrarán pleno extraordinarios para condenar el atentado, mientras que numerosos partidos e instituciones han suspendido actos que tenían convocados para hoy y mañana.
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Un testigo presencial del atentado en el que ha sido asesinado el inspector de Policía Eduardo Antonio Puelles García ha relatado que la víctima chilló pidiendo ayuda tras la explosión, pero que era imposible socorrerle porque el coche estaba en llamas.
Según ha contado a los medios de comunicación, este testigo y su pareja eran las únicas personas, además la víctima, que se encontraban en el aparcamiento exterior de la calle Santa Isabel de Arrigorriaga, para recoger sus respectivos coches, en el momento de la explosión.
Ha explicado que su pareja ya estaba dentro del vehículo y él a punto de entrar y que la víctima se encontraba en su coche con el motor encendido.
En ese momento se ha producido la explosión, de una bomba-lapa según fuentes de la investigación, y el vehículo del policía ha quedado envuelto en llamas con el agente sentado dentro. El testigo ha relatado que Puelles García ha chillado y pedido ayuda, pero que era imposible socorrerle por el incendio que se ha desatado.
El inspector de la Brigada de Información de Bilbao Eduardo Antonio Puelles García tenía 49 años, estaba casado y era padre de dos hijos, ha informado el departamento de Interior, y vivía en Arrigorriaga «de toda la vida», según los vecinos de la zona.
El atentado, con una bomba-lapa en el vehículo del agente, que tenía «placas reservadas», se ha registrado hacia las 09:05 horas en la calle Santa Isabel, en el límite de Arrigorriaga con Bilbao, y la explosión ha provocado el incendio de cinco vehículos.
El cuerpo de Eduardo Antonio Puelles García ha quedado dentro del vehículo incendiado y ha resultado totalmente calcinado. La Ertzaintza mantiene acordonada una amplia zona de seguridad en torno al lugar donde se ha registrado el atentado, un aparcamiento al aire libre, donde los artificieros recogen evidencias y analizan los restos del vehículo.
El atentado perpetrado hoy por ETA es el primero mortal de la banda terrorista desde la investidura de Patxi López como lehendakari, el pasado mes de mayo. Al día siguiente de la misma, el pasado 6 de mayo, ETA hizo estallar un artefacto en un repetidor situado en un puerto de montaña del municipio cántabro de Guriezo, limítrofe con el País Vasco, que causó daños materiales en la base de un repetidor y en un muro de un edificio adyacente. ETA no había vuelto a asesinar desde el pasado 3 de diciembre de 2008 cuando dos pistoleros mataron a tiros en Azpeitia (Guipúzcoa) al empresario Ignacio Uría.
