La agricultura está cada vez más ligada a la suscripción de seguros para evitar que el resultado de la cosecha quede al capricho de la climatología.
Este año se ha notado de forma significativa en Segovia y se han suscrito muchos partes debido a la sequía que hubo en los meses pasados.
La obligación que tienen los agricultores de dejar muestras en sus parcelas para que los peritos de las aseguradoras valoren los daños está complicando el comienzo de la cosecha en algunos casos. “Las máquinas van por delante de los peritos”, se queja Javier, un agricultor de la comarca de Cuéllar, quien mantiene que Agroseguro cuenta con pocos peritos que permitan agilizar la recogida del cereal.
Por ello resulta habitual encontrar estos días parcelas cosechadas con algunos surcos sin recoger y que quedan como testigo. Pero esto obliga a que las cosechadoras tengan que volver de nuevo a entrar en las parcelas para terminar de recoger todo el cereal. “Debían haber intervenido antes porque ya se sabía que iba a ver efectos por la sequía”, añade este agricultor que calcula que a mediados de esta semana comenzará la cosecha en su comarca.
El único aliciente con que cuentan los labradores y los propietarios de las máquinas cosechadoras es que este año hay menos superficie sembrada. Según las cooperativas los precios del petróleo, las fluctuaciones del dólar y las buenas cosechas logradas en otros países habían reducido las expectativas y se ha cultivado menos superficie.
El segoviano Pedro Palomo recuerda que países como Ucrania se están posicionando muy bien en el mercado del cereal. Y que Europa está dejando de exportar porque los precios aquí son caros que en terceros países, como en el norte de África.
Según los expertos, el de cereales es un mercado que varía «día a día», y que ya no se va a vivir una situación de estabilidad de precios como la de «hace unos años», por lo que, va a ser difícil negociar con precios futuros. “Se da la paradoja —agrega Palomo— de que es más caro el trigo del año pasado que el del actual”.
