Las calles del barrio de San José sirvieron anoche como escenario de la representación de la Pasión y Muerte de Jesucristo que desde hace once años escenifican los vecinos y miembros de la Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad cada Viernes de Dolores como preludio a los actos litúrgicos del Triduo Pascual.
La escenificación de los pasajes evangélicos, que cuenta con un gran apoyo popular, ha ido ganando año a año seguidores que ayer se multiplicaron gracias a las aceptables temperaturas que se registraron durante el itinerario religioso. Si hubo un éxito de público, también lo hubo de participación en los montajes escénicos porque medio centenar de vecinos respondieron a la invitación de la Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad y se unieron para arropar a los actores en las escenas que requerían mayor número de representantes.
A lo largo del camino de la cruz que evoca la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, la organización fue invitando a la meditación religiosa y desde el primer momento el presidente de la cofradía, Ángel Enrique Santos reclamó a los asistentes respeto y silencio.
La comitiva con Jesús a lomos de una borriquilla partió desde la puerta de la iglesia parroquial rodeada de feligreses. Los momentos más emotivos de la celebración religiosa correspondieron a los episodios de la última cena, el lavatorio de pies, la crucifixión, el camino del sepulcro y la soledad de María. Las últimas escenas se representan en el interior de la iglesia parroquial.
