Panetta, que aseguró que EEUU continuará apoyando la estabilidad de Irak, presidió el acto de arriado de la bandera estadounidense en Bagdad, dos semanas antes de la retirada completa de todos sus soldados, prevista para el 31 de diciembre.
En su discurso, el secretario de estado estadounidense dijo que su país mantendrá una presencia diplomática significativa, y cooperará en asuntos de seguridad y para garantizar la estabilidad política en Irak.
«EEUU será siempre un amigo y compañero comprometido de Irak», afirmó Panetta al dar la bienvenida a «la nueva etapa de los lazos entre ambos países».
Durante la ceremonia, el dirigente estadounidense recordó a las víctimas en esta guerra, en la que desde su comienzo en 2003 han muerto más de 4.500 estadounidenses y 30.000 han resultado heridos.
«Nunca olvidaremos las lecciones de la guerra ni olvidaremos los sacrificios del más de un millón de hombres y mujeres estadounidenses, así como de sus familias» implicadas, dijo.
Tras su discurso, se procedió a recoger la bandera estadounidense, cuyo simbolismo marca la retirada oficial de las tropas de este país.
También intervino en la ceremonia el comandante de las tropas estadounidenses en Irak, general Lloyd Austin, quien afirmó que EEUU «está devolviendo el honor que le corresponde al pueblo iraquí».
Este acto tiene lugar un día después de que el presidente estadounidense, Barack Obama, marcara el fin «histórico» de nueve años de guerra en Irak.
