El tiempo para frenar el cambio climático se acaba si se quiere evitar que el planeta se caliente de aquí a finales de siglo por encima de los dos grados centígrados de media considerados críticos por los científicos.
Las concentraciones de dióxido de carbono (CO2), principal responsable del efecto invernadero, han aumentado en un 39 por ciento en los últimos 150 años hasta sumar 389 partes por millón. Los expertos consideran que si se quiere mantener el calentamiento global por debajo de los dos grados centígrados no se pueden superar las 450 partes por millón de dióxido de carbono, lo que no da mucho margen de maniobra.
Por ello, desde ayer, representantes de 200 países se reúnen en Durban (Sudáfrica) para decidir cómo reducir sus emisiones una vez que expire en 2012 el protocolo de Kioto, el único tratado en la materia, que, sin embargo, solo obliga a 37 naciones industrializadas y a la UE, y del que no forman parte las dos más contaminantes del planeta, EEUU y China.
Tanto la finalización de la validez del plan firmado en Asia, como el escaso número de países adheridos al mismo, ha provocado que los negociadores de la Unión Europea señalen que el mundo necesita un plan mucho más ambicioso para cortar las emisiones de gases de efecto invernadero.
«El plan de Kioto solo, por si mismo, no puede salvar el planeta», explicó ayer el experto europeo Artur Runge-Metzger en una rueda de prensa en Durban.
De este modo, la intención del Viejo Continente es prorrogar un segundo período del compromiso del Protocolo de Kioto, pero otros firmantes, incluidos Rusia, Japón y Canadá, no están dispuestos, por lo que los expertos continentales consideran «que cualquier acuerdo sería al menos un sinsentido hasta que la mayor parte de los emisores lo firmen».
El acuerdo de 1997 establecía límites aproximadamente a una cuarta parte de los emisores de carbono del mundo, pero esto podría caer hasta el 15 por ciento del planeta si solo la UE y otro grupo de naciones firman una segunda ronda de objetivos para después de 2012.
Las Cumbres del Clima de Copenhague en 2009 y de Cancún en 2010 finalizaron sin un nuevo proyecto global y los analistas tienen pocas expectativas sobre los progresos en Durban. El mayor obstáculo es encontrar un acuerdo entre Estados Unidos y China, que ya han anunciado su negativa a asumir acuerdos vinculantes.
Los expertos vaticinan que si los países no logran reducir su contaminación, las consecuencias serán fatales en forma de olas de calor, sequías, lluvias más intensas, pérdida de biodiversidad y subida del nivel de mar.
Con actividades como la quema de combustibles fósiles y la tala de árboles, el hombre ha roto el equilibrio del efecto invernadero, un fenómeno natural por el que el vapor de agua, el CO2 y otros gases retienen el calor que irradia la Tierra y sin el cual, en vez de una temperatura media de 14 grados centígrados, estaríamos tiritando a 18 grados bajo cero.
