Prolegómenos del Segoviana – Rayo Vallecano. El presidente del club azulgrana, Fernando Correa, se acerca a este redactor, y le dice con buen talante, “deja ya de hablar de la deuda, y hablemos de deporte”. Y uno, que es muy obediente para según qué cosas, pues se pone a ello.
Pero claro, si el Segoviana-Rayo Vallecano hay que tomárselo solamente en términos deportivos, habrá que decir bien claro que es inconcebible que, con sólo un entrenamiento de pretemporada, un equipo recién ascendido a la Segunda B se tenga que enfrentar a todo un Primera División bastante más rodado, sobre todo en el aspecto físico. Es un riesgo innecesario para los jugadores, cuyo esfuerzo explosivo tras un mes de vacaciones lleva inherente el riesgo de lesiones, no aporta absolutamente nada a un entrenador que bastante hace con repartir minutos para no forzar a sus futbolistas, y al aficionado poco le hace disfrutar con el juego de su equipo.
Pese a ello, la Segoviana se esforzó por agradar, aunque en los primeros cuarenta y cinco minutos apenas encontró un momento para hacerlo. Con Movilla mandando en el centro del campo, y Susaeta entrando con calidad por la banda izquierda, el Rayo no tardó en crear sus primeras ocasiones. Apenas superado el cuarto de hora de partido, Piti marcaba el 0-1 tras rematar una jugada iniciada por él mismo, y culminada tras un buen envío de Susaeta, que también colaboró en el 0-2, dejando el balón franco a Movilla para que éste batiera a David Durán. De los errores individuales que dieron origen a los goles madrileños, mejor no decir nada.
Con el Rayo jugando a placer, Leo marcó el tercer gol visitante superando la salida de Durán, que estuvo a punto de encajar un cuarto gol en varias acciones de Susaeta y Alcañiz. Pero cuando el 0-4 estaba muy cerca, lo que llegó fue el 1-3 tras una buena acción ofensiva finalizada por Fran con mucha calidad.
Ya fuera por el gol (que va a ser que no), o por los cambios que le sentaron mal al Rayo y bien a la Segoviana, lo cierto es que en el segundo tiempo las fuerzas se igualaron bastante más. La Segoviana controló mejor a un oponente con mucho menos fútbol sin Movilla, Piti y Susaeta, y Fran se “atrevió” a colocar el 2-3 en el marcador superando de nuevo por alto al portero madrileño. Cajoto se atrevía por la banda izquierda, Mariano se veía mucho más liberado retrasando su posición con David Terleira en la referencia ofensiva, y el equipo azulgrana aún tuvo la ocasión de empatar el choque
Pero a la Segoviana el fuelle le llegó hasta el ecuador del segundo tiempo, y a partir de ese momento el Rayo controló en defensa, y llegó con claridad en alguna acción ofensiva, hasta terminar llevándose el partido. Así que, al final, todos contentos. El Rayo porque continuó con su línea de victorias de pretemporada, la Segoviana porque no salió escaldada de un envite peligroso, y la afición porque pudo comenzar a ver a las nuevas incorporaciones del equipo, que no dejaron en absoluto malas sensaciones, en especial Alberto Cajoto. Como verá el lector, aquí no se habla de dinero, aunque algún día habrá que preguntar si realmente sale rentable que los equipos de Primera hagan sus pretemporadas en Segovia a cambio de jugar un partido amistoso. Que a lo mejor sí, oiga.
