Lo último que alguien le va a escuchar a la selección española de fútbol es un arranque de suficiencia, un derrape hacia la soberbia, pero cuando un equipo juega como lo está haciendo el de Vicente del Bosque, su ánimo y sus sensaciones no se pueden medir solo por sus palabras: hay que atender mucho a lo que hace y a cómo lo hace.
En la ‘sauna’ de Fortaleza, una ciudad que no conoce el invierno, España prepara el duelo de mañana ante Italia con dos certezas: el partido será muy diferente a aquel 4-0 de la final de la Eurocopa en Kiev, pero si nada extraño sucede, otra final está a la vista.
El equipo de Vicente Del Bosque lleva 28 partidos oficiales sin perder, un récord mundial. La última vez que la ‘roja’ cayó fue en el debut en el Mundial de Sudáfrica 2010, en el sorprendente 1-0 ante Suiza. Y la última ocasión en la que el combinado nacional recibió más de un gol en un encuentro que no fuese amistoso fue cuatro años atrás, en la helada noche sudafricana en la que Estados Unidos la batió 2-0 en las semifinales de la Copa Confederaciones.
Las estadísticas nunca dicen la verdad completa, pero reflejan cosas interesantes. En este caso, que España es tan buena que juega cuando quiere. Así, en estos años de perfección numérica en partidos oficiales, perdió por goleadas estrepitosas en duelos intrascendentes ante Argentina y Portugal. Así es, también, que en lo que va de la Copa Confederaciones, parece que la ‘roja’ solo jugó 45 minutos al máximo nivel, los del mágico primer tiempo ante Uruguay.
En aquella noche de Recife, los de Del Bosque regularon en el segundo tiempo y sufrieron más de lo debido con el gol de Luis Suárez. El 10-0 ante Tahití no puede ser tomado demasiado en serio, y el 3-0 sobre Nigeria llegó tras un primer tiempo en el que la campeona del mundo no fue tal, porque perdió el control del partido. ¿Por culpa de Nigeria? No, indicó tras el encuentro Andrés Iniesta. «Nosotros fallamos. Fue un poco cosa nuestra, el cómo estar en el campo. En el descanso lo corregimos», explicó.
Así de simple: España juega mal, aunque vaya ganando 1-0 con un golazo desde el minuto tres, se mete en el vestuario, lo corrige y, aun guardándose fuerzas, cierra el partido con una goleada. Mucho debe trabajar Del Bosque para que sus jugadores no caigan en la soberbia. Y es lo que está haciendo de cara al duelo frente a Italia, que ya ha advertido de que no tendrá nada que ver con la final de la Eurocopa.
Lo mismo dan a entender sus jugadores: el combinado ‘azzurri’ es un gran equipo, pero, sin decirlo, llegan a la conclusión de que la España de hoy es más grande aún.
«Cuánto más ganas, más cerca está la derrota. No se puede vencer siempre, eso lo tenemos claro», resumió Fernando Torres.
