En fútbol es el jugador número doce pero aquí, y más en Segovia, la afición es el sexto hombre. Las más de 3.000 personas que abarrotaron ayer cada rincón del pabellón Pedro Delgado, las que hicieron cola, esperaron, pasaron calor y nervios, enloquecieron con los goles locales y se desesperaron con los visitantes, para terminar entregados a la causa del Caja, empujaron una vez más a su equipo hacia la victoria.
Para la mayoría de los aficionados, la jornada de fútbol sala comenzó bastante antes de las seis, hora fijada para el comienzo del choque. Bene Rodao, que, como cada jornada de partido desde hace más de veinte años, asistía al encuentro acompañado de buena parte de su familia, hasta 15 personas de tres generaciones, había llegado al pabellón a las cinco menos cuarto para coger sitio: “en liga venimos como media hora antes, pero en los play-off hay que venir con mucho más tiempo”.
Bene es un aficionado de los de toda la vida; lleva más de veinte años siguiendo al Caja, desde la primera Copa en Roquetas, y ayer no tenía dudas: “ganamos hoy el segundo y mañana el tercero; estuvimos en Santa Coloma y ya tenemos casi casi reservado el viaje a Murcia”, en alusión a la posible final ante El Pozo.
También seguidor desde hace ya años, cerca de diez o doce, Jorge entretenía ayer la espera de cerca de una hora charlando con su madre y con su cuñado, pertrechados con los banderines que ayer mismo regalaba EL ADELANTADO DE SEGOVIA. “Ganamos hoy y ganamos mañana; más difícil que con el Marfil, pero llegamos a la final”, sostenía ayer antes del comienzo del partido, para añadir que en breve espera sumar un nuevo seguidor a la legión de aficionados de Caja Segovia, su primer hijo, que nacerá este verano.
A pocos metros, enfundado en la camiseta blanca del Caja con la que muchos seguidores acudieron ayer al pabellón, Pepe se preparaba para seguir el partido en compañía de unos amigos. Afortunado, ya que sus amigos le habían guardado el sitio y no había tenido que esperar demasiado, explicaba que sigue al Caja desde hace cerca de veinte años, y no sólo en los partidos de casa: “también vamos a todos los partidos que se juegan en Madrid y a los que podemos más lejos”. Otro convencido, minutos antes de que comenzase el segundo partido, ya veía al Caja jugando la final la próxima semana.
Y entre los que ayer fueron el sexto hombre, algunos que en su momento formaron parte del cinco que defendía en la cancha los colores del Caja Segovia. Los porteros Luis Amado, actualmente en Inter Movistar, y Juanlu, ya retirado, eran dos de los aficionados que siguieron el encuentro desde la grada del Pedro Delgado.
Luis Amado, cuyo equipo cayó en cuartos, precisamente ante el MRA, manifestaba ayer que Caja Segovia “siempre ha seguido siendo mi segundo equipo y como estaba en Madrid me he acercado a ver el partido”. “Confío en ver al Caja en la final, ya que nosotros no vamos a poder estar, aunque no va a ser sencillo, porque el MRA es un gran equipo”, comentaba, a la vez que, en un pabellón lleno hasta la bandera, recordaba sus mejores tiempos en Caja Segovia: “aquella fue una época muy bonita, y ahora se ve que el equipo es otra vez un grupo muy unido, que es algo importante, y que la afición disfruta con ellos, que es muy bonito verlo en el pabellón”.
Y siguiendo el partido desde el anillo que rodea el graderío, por aquello de haber llegado con poca antelación al pabellón, el alcalde de La Lastrilla, Vicente Calle, que desde que ha relajado sus obligaciones laborales en Venta Magullo tiene más tiempo para asistir a los partidos de Caja Segovia, aunque lleva siguiendo al equipo desde que jugaba en el pabellón de los Maristas. “Nosotros siempre hemos estado ligados al deporte, y cuando conoces personalmente a los jugadores, parece que te llega más, aunque sólo el ambiente que se respira hace que merezca la pena”. Pues esta tarde, más.