A estas altuas, ni los propios italianos se creen las promesas de su Gobierno. Si a ellos les suenan a música celestial, es lógico que los mercados exijan hechos, y así se lo transmitieron el pasado martes al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, después de que este anunciara su dimisión una vez que se aprueben las reformas exigidas por la Unión Europea para corregir sus cuentas.
De hecho, la Comisión Europea (CE) siguió ayer con preocupación el aumento de la prima de riesgo de Italia, que se situó en 552,6 puntos, mientras que la rentabilidad ofrecida por sus bonos a 10 años se disparó al 7,4%, poniéndose por encima de la barrera que desencadenó el rescate de otros países.
Esta situación arrastró al resto de los mercados europeos. Así, el selectivo madrileño concluyó la sesión en 8.340,6 puntos, y el Ibex 35 bajó un 2,09%. La Bolsa española, con la prima de riesgo en la cota de los 409 puntos. Francfort bajó un 2,2%, lo mismo que París, y Londres, un 1,9%.
El vicepresidente italiano de la CE, Antonio Tajani, aseguró que su país hará todo lo necesario para cumplir con los ajustes que reclamanla Unión Europea y poner freno a la crisis de deuda.
«Estoy convencido de que Italia, como nación, hará todo lo que sea necesario para cumplir las peticiones de Bruselas», declaró Tajani, y rechazó también que la situación de la economía del país se deba a «un problema personal», en referencia al primer ministro, Silvio Berlusconi.
Tajani se mostró «convencido» de que «a pesar de las dificultades, Italia tiene los recursos, la capacidad y la energía necesarios para poder salir, aunque sea con gran esfuerzos, de una situación muy difícil», añadió.
Por su parte, la ministra de Economía española, Elena Salgado, aseguró que no será necesario un rescate de Roma, ya que se trata de una «economía fuerte» sometida a la presión de los mercados, mientras que se mostró favorable a la posibilidad de que a nivel europeo se acordara una moratoria en el plazo de cumplimiento del límite de déficit, aunque subrayó la importancia de respetar los acuerdos en su integridad.
Sin embargo, el presidente de la República, Giorgio Napolitano, hizo un llamamiento a todas las fuerzas políticas italianas para que tomen «decisiones rápidas» ante la gravísima situación en los mercados que ha puesto al país «al borde del rescate».
Complacencia
Por otro lado, la CE publicará hoy unas previsiones económicas que «no dejarán lugar a la complacencia» por parte de los países de la UE y de la eurozona, que se enfrentan a la amenaza de una nueva recesión.
El comisario europeo para Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, advirtió tras el Consejo de Ministros de Economía de la Unión Europea (Ecofin), que el informe de otoño que presentará será complicado para el conjunto de los Veintisiete y, previsiblemente, sobre todo para los Diecisiete que comparten la moneda común, incluida Alemania.
De ahí que la canciller Angela Merkel recibiera con reservas la propuesta del Consejo Asesor de Economistas del Gobierno Alemán, los llamados Cinco Sabios, de crear un pacto europeo de amortización de la deuda.
Mientras tanto, se espera que la CE rebaje hoy su previsión de crecimiento para la UE y para España en 2012, que en primavera había fijado en el 1,9% y el 1,5% del PIB, respectivamente.
Los inspectores entran en escena
Los inspectores de la Comisión Europea (CE) y del Banco Central Europeo (BCE) comenzaron ayer en Roma los trabajos de supervisión de las reformas económicas de Italia, que se comprometió a acometer su primer ministro, Silvio Berlusconi, con sus socios comunitarios el pasado 26 de octubre.
Según informó el Ministerio de Administraciones Públicas en un comunicado, los supervisores de la Unión Europea (UE) acudieron a su sede, donde su titular, Renato Brunetta, les entregó «documentos con los principales indicadores económicos» del país transalpino y los resultados obtenidos por el Ejecutivo.
«El encuentro se desarrolló en un clima de absoluta normalidad y colaboración», según la nota facilitada por Brunetta.
