Iberdrola está completando en Egipto la construcción de la primera central eléctrica del mundo alimentada por gas y energía solar, un proyecto que puede ser un hito en el futuro de las energías renovables. Esta instalación híbrida se está levantando en una árida explanada de la población de Kuraymat, a unos 95 kilómetros al sur de El Cairo, que aprovecha los recursos gasíferos de la zona, el sol de su desierto y el agua del Nilo necesaria para el generador alimentado a vapor.
«Este proyecto va a ser una referencia, porque lo que se saque de aquí va a ser un aliciente para seguir en otros países», comentó el director del proyecto, el ingeniero de Iberdrola Juan Ignacio de la Fuente Rodríguez.
Esta iniciativa se traduce en una de las más modernas plantas de generación de energía eléctrica de ciclo combinado híbrido de gas y energía solar del mundo, y será capaz de suministrar 150 megavatios de luz.
«Es un prototipo, un precedente en el que muchos países de Oriente están manifestando interés», agregó De la Fuente, y recordó que uno de éstos es Arabia Saudí, el primer productor mundial de petróleo y cuyo ministro de Energía estuvo visitando la planta.
Las instalaciones de Kyraymat comenzaron a levantarse el 16 de enero del 2008, con un plazo de 30 meses de construcción y puesta en marca que concluirán el próximo 16 de julio, más un período de dos meses de integración con el campo solar seguidos de otro para pruebas de fiabilidad.
Está en juego una inversión de 150 millones de euros financiados por el Banco de Cooperación Internacional de Japón, el Fondo para el Medioambiente del Banco Mundial y el Banco Nacional Egipcio. Se trata de un proyecto de entrega llave en mano, que se hará al cliente New Renewable Energy Authority (NREA), del Ministerio de Electricidad del Gobierno del Estado norteafricano.
A pocos meses del final de la construcción, el ritmo es incesante. Son cerca de 1.000 personas las que están involucradas ahora en los trabajos, incluyendo a 35 técnicos españoles de Iberdrola. En un determinado momento llegaron a involucrase más de 1.300 operarios.
Nunca hasta ahora se había intentado integrar en una sola central el gas y el calor del sol. Aunque hay otras dos centrales termosolares que están siendo erigidas en Marruecos y Argelia, la de Egipto será la primera que entrará en funcionamiento.
De la Fuente admite que para desarrollar este proyecto Iberdrola se ha enfrentado a muchos desafíos, porque se trataba de un país en el que el grupo español no estaba presente, con una cultura distinta y con un programa innovador tecnológicamente. «Como diría Napoleón, las grandes batallas se hacen con grandes dificultades, y aquí los obstáculos eran muy grandes», agrega.
La central híbrida integra un ciclo combinado de generación de gas y vapor, con dos turbinas con una potencia de 74 megavatios y 80 megavatios eléctricos, respectivamente, apoyados por el aporte térmico que genera un campo solar de 1.900 metros cuadrados de paneles parabólicos que ocupan una superficie de 60 hectáreas. Y todo ello en medio de la nada.
«Cuando llegamos aquí, todo era desierto», sostiene De la Fuente mientras contempla la amplia extensión de terreno que se divisa al otro lado de las placas solares. Las tierras áridas donde se levanta la central eran propiedad del Gobierno. Unicamente merodeaban algunos agricultores y grupos de beduinos en las zonas más áridas.
Con los primeros no fue posible llegar a acuerdos para que permitieran pasar por sus tierras los canales de descarga que devolviera al Nilo las aguas procedentes de las purgas de las torres de refrigeración, por lo que el tendido tuvo que desviarse a través de la central térmica colindante para evitar las tierras en litigio. Y con los beduinos también hubo que negociar, aunque al final quedaron incorporados al sistema y, de hecho, forman parte del esquema que garantiza la seguridad de las instalaciones.
La central de Kuraymat es capaz de cubrir las necesidades de energía de una población de unas 250.000 personas, con una generación aproximada de 850 GW/h, de los cuales 33 GW/h son aportados por la fuente solar.
El pistoletazo de salida se producirá en octubre, cuando se complete la formación de los operadores y una vez realizadas las pruebas de fiabilidad. Y ese es precisamente uno de los principales desafíos que se encuentra ahora el proyecto: garantizar que, una vez entre en operación, la central termosolar será manejada adecuadamente.
Según el director del proyecto, los futuros operadores «van a tener un gran reto en la operación de la planta». «Nosotros, que tenemos campos solares en España como el de Puertollano, sabemos de las dificultades que hay. En cambio, en Egipto, es el primer proyecto con esta tecnología», sostiene.
