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Historias de vida a lo largo del camino

por Redacción
9 de marzo de 2015
Juan Carlos

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La pasada semana, el grupo de peregrinos del Centro Penitenciario de Segovia completaron la segunda etapa del recorrido por el Camino de San Frutos, que separa Santo Domingo de Pirón de Pedraza en una ruta de 23 kilómetros que transcurre por las localidades de Pelayos del Arroyo y Torreval de San Pedro. Además de la actividad senderista y deportiva, la segunda etapa sirvió para profundizar en el trabajo terapéutico con los internos, que en este caso han analizado la leyenda del bandolero «El tuerto de Pirón» para reflexionar sobre las responsabilidades de los actos y de la conducta, y las consecuencias que de ella se derivan. Fruto de esta reflexión, dos de los internos cuentan en primera persona su experiencia vital y lo que el Camino les está aportando.

«Me llamo Juan Carlos, tengo 30 años y soy de un pueblo de Ávila. cumplo condena por un delito de robo, es la primera vez que entro en prisión, llevo veinte meses.

Mi problema fundamental por el que estoy en prisión, han sido las drogas y el alcohol. En un momento de mi vida perdí todo y me refugie en el alcohol, lo que me llevó a cometer error tras error y cuando quise darme cuenta ya había cometido un delito. En aquel momento, mi vida se truncó. Mi familia, mi trabajo, mis ilusiones se vinieron abajo cuando ingresé en la cárcel. A pesar de esta experiencia amarga puedo decir que he aprendido la lección. No merece la pena arruinar tu vida, el alcohol y las drogas no llevan más que a la destrucción personal y familiar.

Estoy haciendo un programa dentro de la prisión, el Proyecto Loyola que me está ayudando a superar mis problemas de adicción, ya he salido de permiso, he vuelto a estar con mi familia, y esto no lo cambio por nada.

La experiencia de hacer el Camino de San Frutos junto con mis compañeros y educadores, me está aportando una serenidad que antes no tenía, lo que más valoro es caminar, el campo, y sentirme libre, y esto lo estoy viviendo en estas etapas».

«Me llamo Daniel, tengo 36 años, soy de Madrid, cumplo condena por tráfico de drogas, es mi primera entrada en prisión, ya estoy cerca de salir y poder reanudar mi vida. A la cárcel me llevó el estilo de vida que llevaba. Al entrar en prisión he comenzado a valorar cosas que antes tenía y no valoraba, sobre todo la libertad. No hay nada peor en esta vida que perder la libertad, durante los cinco años que llevo en prisión me ha dado tiempo a reflexionar y a replantearme de nuevo mi vida, asumir los errores que he cometido, porque han sido mi responsabilidad, pero a saber que aún estoy a tiempo de cambiar.

Yo no conocía nada del Camino de San Frutos, pero me está encantando, el esfuerzo que realizo tiene una recompensa, llegar a la meta, y sobre todo poder disfrutar de cosas simples y baratas como es una buena caminata, charlar con los compañeros, visitar Iglesias o comer un «bocata» de chopped. Yo que he vivido a «mil por hora», ahora estoy encantado de poder rehacer mi vida»

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Edición digital del periódico decano de la prensa de Segovia, fundado en 1901 por Rufino Cano de Rueda

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