El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha sufrido una nueva derrota en el cuádruple referéndum que se celebró los pasados domingo y lunes y en el que más del 94 por ciento de los italianos, según los últimos datos facilitados por el Ministerio del Interior, votaron a favor de derogar las cuatro leyes promovidas por el mandatario y su Gobierno, entre ellas un decreto que permite la construcción de centrales nucleares en el país y otro que deroga el blindaje judicial de Il Cavaliere.
Berlusconi intentó recuperar en 2010 el programa atómico después de su cancelación en 1987 a través del llamado decreto Omnibus, que en un principio permitía la construcción de centrales nucleares en el país. Tras el desastre de Fukushima, el mandatario dio marcha atrás e introdujo una moratoria de dos años, que ha sido cancelada de forma definitiva en el referéndum.
Más de 47 millones de italianos estaban llamados a las urnas en una consulta que se ha visto como un nuevo examen político sobre la gestión del Gobierno y sobre la imagen política del primer ministro, ya muy desgastada a causa de los cuatro juicios interpuestos contra el mandatario en el Tribunal de Milán.
Más del 96 por ciento de los italianos han derogado también las dos leyes que aprobaban la privatización del agua y han anulado con el 94 por ciento de los votos el llamado legítimo impedimento, un decreto promovido por el Ejecutivo que permite a Berlusconi y a sus ministros no acudir a los juicios mientras dura su mandato y blindarse así ante los tribunales.
Así las cosas, la oposición ejercida por el Partido Democrático e Italia de los Valores, que promovió el referéndum, pintó la consulta como un examen político al primer ministro, sobre todo después de que la coalición de centro derecha, liderada por su partido Pueblo de la Libertad (PDL), fuera derrotada en las elecciones municipales del pasado mes de mayo.
Por ello, tanto Berlusconi como sus aliados promovieron la abstención para evitar que el referéndum fuera vinculante, aunque dieron libertad a sus votantes para pronunciarse a favor o en contra. Sin embargo, el quórum necesario del 50 por ciento ha sido superado con un 57 por ciento de afluencia a las urnas, un resultado que no se alcanzaba desde 1995.
Exigen su dimisión
Ante estos resultados, el líder del Partido Democrático, Pierluigi Bersani, exigió a Berlusconi que «dimita para abrir una situación nueva» en el país y afirmó que ahora el Gobierno debería poner su futuro en manos del presidente de la República, Giorgio Napolitano.
Por su parte, la diputada de ese mismo grupo Rosy Bindi aseguró que el resultado del referéndum «es extraordinario», porque «más de la mitad de los italianos han ido a votar y han dicho no a cuatro leyes terribles». En este sentido, afirmó que «este Gobierno debería asumir las consecuencias» y dimitir «antes del próximo 22 de junio», cuando Berlusconi pida a los parlamentarios su aprobación para ampliar el Ejecutivo.
El varapalo sufrido obligó al propio Berlusconi a subrayar que «los resultados no pueden ser ignorados» y agregó que la voluntad de los votantes en los temas consultados es «clara» y que el Gobierno y el Parlamento tendrán que «aceptar plenamente» el resultado de las consultas.
Por su parte, el líder de la Liga Norte y principal aliado de Berlusconi, Umberto Bossi, convocó una cumbre de su partido en Milán para analizar los resultados.
Según afirmó el senador Roberto Calderoli, «en las administrativas de hace dos semanas hemos obtenido la primera bofetada, ahora la segunda», y aseguró que «no quisiera que se convirtieran en una costumbre».
