Desde Avelina y Alejandra, alcaldesas de Zamarramala en el año 1920, hasta Áurea María y María Paz, quienes ejercieron tal responsabilidad en 2014. Ahí, colgadas en las paredes del Centro Cívico Pinilla, están todas. Mejor dicho, casi todas… ya que hay ausencias significativas, como las de las alcaldesas que lo fueron durante la Guerra Civil, una etapa antagónica de la fiesta,y otras por motivos pecuniarios, pues algunos años el bajo poder adquisitivo de las elegidas no las permitía bajar a un estudio fotográfico de Segovia “a retratarse” con la indumentaria tradicional.
Ana Mateo propuso al Concejo de Aguederas, hace ya años, exponer en un espacio imágenes de las alcaldesas. La idea, aceptada de inmediato, ha tardado en cuajar, debido a que, como ayer explicaba María Cruz Velasco, se trataba de “una labor ardua”. Primero había que solicitar fotos, después recoger el material de quienes estaban dispuestas a colaborar y, por último, identificar a las mujeres que aparecían en las imágenes. Así, como quien colecciona cromos, se ha ido llenando el álbum, en lo que ha sido “un trabajo gratificante” para el Concejo de Aguederas, sobre todo cuando alguna anunciaba “¡tengo otra foto!”
La colección, de unos 90 retratos, fue definida por la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Segovia, Marifé Santiago, como “una historia no contada”, la que dejan entrever esas mujeres con sus trajes de gala. Más allá de su componente antropológico, la exposición permite analizar la evolución de la indumentaria característica de las alcaldesas durante la última centuria, si bien la experta en el atavío segoviano Esther Maganto avanzó ayer la continuidad durante este periodo del traje, a excepción de la montera, que sí ha evolucionado, y el volumen de la toca, cada vez más amplio. La colección posibilita además el estudio de la historia de la fotografía en Segovia, desde aquellas imágenes en sepia hasta las actuales, con capítulos tan gloriosos como el de los retratos que coloreaba con maestría José María Heredero.
En una sala del Centro Cívico Pinilla quedan a partir de ahora las fotografías de las alcaldesas, ofreciendo un hilo invisible que une a todas las mujeres actuales con sus antepasadas más remotas.
