Una vuelta a la pista para dar la vuelta al mundo. Sara Gómez busca este año un puesto en los Campeonatos de Europa sub-23 de Tallín (Estonia), un honor del que solo le separaron nueve centésimas en 2014, el año que le cambió la vida. Campeona de España junior, firmando la tercera mejor marca de la historia de la categoría, esta atleta segoviana se proclamó subcampeona de España absoluta de 400 metros lisos. Lejos del conformismo, su entrenador, Antonio Requero, se queda anonado cuando cuenta que los tiempos que sus pupila está marcando este año son un segundo y medio más bajos que el año pasado, toda una era para una disciplina que entiende de centésimas. “Ya es una realidad a nivel nacional. Cuando va a los campeonatos de España los atletas internacionales la respetan y la conocen. La Federación Española la sigue con atención”, explica el preparador.
Gómez lleva en el atletismo desde los siete años por su profesor de educación física. “Siempre me gustó correr y se me daba bien. Como hicimos aquí buenos amigos, me fui quedando”, recuerda sonriendo. Las pruebas de su época como cadete acabaron el día en el que decidieron intentar el 400, todo un descubrimiento. “Antonio me lo dijo y nos quedamos muy sorprendidos con la marca”.
Un arranque prodigioso
En un momento muy inicial de su preparación, que debe coronar a principios de julio en el Europeo, los resultados son un estruendo. El pasado fin de semana se proclamó subcampeona de España de pista cubierta en la categoría de promesa con un tiempo de 55″61, varias décimas por encima del objetivo. “Esperábamos una buena marca pero no tanto. Queríamos bajar de 56”, pero casi he ganado medio segundo”, subraya. El domingo volverá a Antequera para el campeonato de España absoluto, pero la pista cubierta no es el objetivo. “Nos fijaremos en la marca, no en el puesto. Es una forma para probarte después del invierno, que en Segovia es difícil entrenar. Te permite juntarte con la gente buena y ver cómo estás”, analiza esta estudiante de Magisterio de 19 años.
Su entrenador vio el pasado fin de semana una nueva muestra de su madurez. Gómez solía pecar de nervios antes de las carreras, un nivel de tensión que acababa siendo perjudicial en el rendimiento: “Este año se ha dado cuenta de que puede competir con ellas, se ha concienciado. Ahora se la ve una madurez muy importante en las competiciones, tanto a la hora de calentar como después. Sabe dosificar muy bien las fuerzas, no sale a lo loco”. En las semifinales, mantuvo la calma y supo esperar su momento. “Lo planificamos antes de la salida y ella sabía que no debía meterse en la lucha, ‘que se peguen ellas y tu tranquila a rematar la faena”. La segoviana reaccionó con frialdad al fuerte arranque de sus rivales y las superó con sobriedad en los últimos 150 metros. En una prueba que exige a pensar a mil revoluciones, la frialdad es un bien muy preciado.
EL TRUCO, NO PENSAR EN LA CARRERA
Gómez mejoró mentalmente evadiéndose de la competición. “No pienso en la carrera hasta que estoy frente a los tacos para no ponerme atacada. Como tienes amigos y familia allí, hablas de cualquier cosa y despejas la mente”. En lo físico, su progreso se explica por la mejora en la resistencia muscular. Hasta hace poco, la serie más larga que hacía eran 800 metros. Ahora supera los dos kilómetros. “Al centrarme en distancias más largas he mejorado esa resistencia y eso me ha permitido seguir a buen ritmo en el tramo final del 400, que es donde pierdes el fuelle y te acabas quedando atrás”.
Viviendo cada etapa
Requero plantea como una opción muy realista una marca de 53″5, medio segundo por debajo de la mínima para el Europeo. “Hay que ir paso a paso, no quiero que haga una marca muy baja y que luego se frustre por no mejorarla”, explica. Las grandes, Aauri Bokesa, cuadruple campeona de España, y la olímpica Indira Terrero, ya son algo más que compañeras de tacos. “Como tenemos el relevo [4 x 400], algunas que no somos tan buenas podemos ir a campeonatos internacionales. Aunque a lo mejor no estemos a ese nivel en lo individual, sí podemos competir con ellas”, plantea Gómez con un tono de soñadora que refrenda en el cronómetro. Ella marca los tiempos.