Decía Charles Chaplin que el tiempo es el mejor autor y siempre encuentra el final perfecto. En este caso, el tiempo que ha durado, y continuará haciéndolo hasta mañana domingo, el Hay Festival, deja tras de sí multitud de grandes encuentros literarios y artísticos que una edición más ha enriquecido a la ciudad de Segovia por octavo año consecutivo. El programa, tan extenso en calidad y variedad, ha llevado aparejado una extensa agenda de encuentros informales entre editores, autores y periodistas, además de actos sociales y culturales en distintos espacios. Y el final, a un día de producirse, no podría ser mejor.
El propósito de este año, el de imaginar el mundo, ya presagiaba una edición en la que la apertura cultural iba a ser más extensa que nunca. Y así ha sido. La unión de Segovia con China el pasado mes de mayo, con el ánimo de convertirse en precursora del turismo asiático, ha fomentado que en esta octava edición de Hay Festival halla sido el país invitado para celebrar los 40 años de relación con una nación que no deja de fascinar por su rápido crecimiento y apertura social.
¿Qué mejor forma de imaginar el mundo que a través de una conversación?. La cercanía del formato elegido para dar forma a las ponencias que se han ido sucediendo a lo largo de estos días desde el pasado 26 de septiembre, ha puesto de relieve una vez más que la literatura, el arte, la música y en resumen, los grandes nombres del mundo de la cultura están más próximos al público de lo que se piensa. A través de charlas, la larga fila de invitados ha ido desfilando por los distitntos escenarios, magníficos por cierto, que las entidades colaboradoras con el Festival han puesto a disposición del mismo.
Nombres como el de Lorenzo Silva y Agustín Ibarrola tuvieron la gentileza, y el placer, de conversar con representantes de la cultura segoviana durante el día de ayer.
En el caso del primero, Silva intentó desgranar la fórmula mágica para escribir un best-seller. Cuatro de los autores más leídos de España, Julia Navarro, Lorenzo Silva, Javier Sierra y Juan Gómez-Jurado, defiendieron que únicamente piensan en contar una nueva historia cuando comienzan a escribir y no en vender libros. Sin embargo, esta unanimidad no es tal cuando sale a la palestra un tema espinoso: la piratería. Lorenzo Silva, en declaraciones a este periódico, se refirió al problema como “una anomalía mundial”, en el que el problema radica en que “no tenemos conciencia social, ni ley, que transmita que la propiedad intelectual es legítima y no se puede violar. No se transmite en educación,etc. aunque algunos intentamos dese hace tiempo ofrecer alternativas. En algún momento habrá que tomarse en serio la protección de la cultura” afirmó.
Ya por la tarde, el creador de una de las sagas de novela negra de mayor éxito en España, dialogó con el periodista Antonio San José sobre “mi tema favorito, sólo literatura. Personajes, historias, guerras civiles, Marruecos y literatura juvenil”.
Por su parte, Agustín Ibarrola reivindicó la libertad del artista con una nueva exposición instalada en la Huerta del Marqués de Villena bajo el reivindicativo título de ‘Ibarrola en libertad’. Sin embargo, este polifacético virtuoso del arte no siempre fue libre porque, por intentarlo, pasó casi diez años entre rejas.
El productor explicó que “la exposición se ha montado a base de tres grandes piezas monumentales que forman parte de un conjunto mucho más amplio que está en producción, un homenaje de Ibarrola al pueblo de Reinosa”, explicó el autor que se definió a sí mismo como “un creador que surge desde la pintura decantándome por la creatividad sea el material que sea” explicó.
Por supuesto no podían faltar las traviesas, imprescindibles en su etapa actual: “Son dos conjuntos de cinco traviesas cada una, más doce traviesas más y un cubo”, añadió Félix Ortiz, productor de la muestra, quien valoró el “intenso trabajo” de Ibarrola en estos días en los que “ha puesto cada pieza en su sitio, ayudado por una grúa, claro”. Al fin y al cabo “soy vasco, presumido de tener fuerza, pero no forzudo. Y además viejo”, bromeó el escultor vasco, de 83 años.
Tradición ‘gastro-cultural’
El jardín de la casa de los Marqueses de Lozoya fue el idílico escenario de una celebración que ya es tradición en el Festival. El patio de la edificación residencial, construida en el siglo XII y de estilo románico, fue el marco elegido para la celebración de un encuentro informal en el que este año la protagonista fue la comida suiza y no el famoso cochinillo como venía ofreciéndose hasta el momento. Hasta el lugar fueron llegando poco a poco los casi 100 invitados que pudieron disfrutar de unas magníficas vistas desde la muralla de Segovia que rodea la casa, y el Acueducto. Entre ellos, el conocido escritor Lorenzo silva, el artista Agustín Ibarrola o Pedro Palomo, en representación de la FES. Los concejales Javier Giráldez y Clara Luquero tampoco quisieron perderse una cita a la que asistieron representantes de la delegación china.
