Coincidiendo con el segundo encuentro del Mundial que la selección española jugó ante Honduras, el pasado 21 de junio el Ayuntamiento de Segovia, junto con varios patrocinadores privados, puso en marcha la iniciativa de instalar en la plaza Mayor una pantalla gigante para seguir en directo los partidos que iba a jugar España en el campeonato del mundo de fútbol que se disputa en Sudáfrica.
La iniciativa desbordó todas las previsiones, ya que desde aquel 21 de junio España ha ido coleccionando victorias en el torneo, y la plaza Mayor, y la de Tirso de Molina donde se instaló la pantalla gigante con la celebración de las semifinales del Mundial, han registrado una gran afluencia de aficionados que han disfrutado en compañía del extraordinario papel que ha realizado el combinado nacional en la cita mundialista. El furor por “La Roja” ha ido creciendo de manera evidente con cada partido, hasta llegar a una histórica final frente a Holanda en la que se espera que España entera se eche a la calle para vibrar con la selección.
Los elogios para la iniciativa municipal han sido muchos más que las críticas, que se han centrado sobre todo en la proliferación de jóvenes con botellas de cristal y refrescos haciendo “botellón” en la plaza. El hecho de que la ciudad estuviera en fiestas vino a propiciar esta “manga ancha” con este tema, pero en cuanto las Ferias y Fiestas de San Juan y San Pedro concluyeron, el Consistorio decidió tomar cartas en el asunto.
Por ello el Ayuntamiento ha apostado por volver a instalar la pantalla gigante en la plaza Mayor e invitar a todos los segovianos a que disfruten (o sufran, que nadie dijo que esto fuera a ser fácil) con el partido que va a coronar al próximo rey del planeta fútbol. Pero no todos podrán entrar en la plaza Mayor, porque la Policía Local ha comunicado que no va a permitir el acceso de personas que porten botellas o envases de vidrio.
Evidentemente la medida no evitará el “botellón” en el recinto, pero sí minimizará los riesgos de que haya botellas y envases de cristal en un recinto que se prevé lleno de segovianos de todas las edades, con los correspondientes riesgos que una concentración de este tipo lleva consigo. Además, se repartirán 2.000 aplaudidores para que la fiesta sea lo más sonora posible, pero siempre dentro de unos límites.
