Damasco no dará orden de retirada a sus tropas hasta que los rebeldes no entreguen al mediador de la ONU Kofi Annan «una garantía por escrito» del cese del alto el fuego, según anunció ayer el Ministerio de Exteriores, en relación a la fecha de inicio del alto el fuego gestionado por aquel y prevista para mañana.
«Siria no repetirá lo sucedido en el pasado, cuando aceptó replegarse ante la llegada de los observadores internacionales, momento en que los terroristas aprovecharon para reorganizarse y ampliar su control sobre barrios enteros, empleando todas las formas posibles de ataque, asesinato y secuestro», añade la nota gubernamental divulgada por la agencia oficial siria, SANA.
El comunicado concluye que el Ejecutivo «reitera su voluntad de cooperar con Annan, quien seguirá siendo informado de los pasos adoptados para aplicar el plan de paz, conforme se reciban las garantías mencionadas».
Mientras el Departamento de Exteriores del país árabe emitía esta notificación, los ataques del régimen de Al Asad se sucedían en la línea fronteriza con Turquía. Así, más de 90 tanques y carros de combate del Ejército bombardearon la provincia de Idlib, foco rebelde cerca del límite con el país otomano, dejando «decenas de muertos y heridos», según informaron activistas de la oposición.
La artillería, con apoyo de helicópteros de combate, mantuvo concentrando el fuego en la llanura Al Rouge, al suroeste de la ciudad y capital de la provincia del mismo nombre, rodeando a los combatientes del Ejército Sirio Libre (ELS), que se encontraba en uno de los 40 poblados.
«El Ejército está bombardeando, mientras los helicópteros disparan cohetes. Decenas de personas están muertas o heridas», indicó el opositor Mahmud Alí.
Por su parte, el Ejército Libre Sirio, principal grupo armado insurgente sublevado contra el régimen de Al Asad, anunció que respetará el alto el fuego en virtud del plan de paz propuesto por la ONU y la Liga Árabe, y aceptado por el Ejecutivo de su país
«Nos comprometemos con la fecha fijada incluso si ellos, las fuerzas de Al Asad, no se retiran, y no atacaremos tal y como se ha comprometido con Naciones Unidas», afirmó el coronel Qassem Saad al Deen, portavoz del mando del Ejército Libre.
«Pero si ellos disparan, tomaremos de nuevo las armas y les combatiremos», advirtió el representante del grupo insurgente, formado principalmente por desertores del Ejército regular.
Al Deen también denunció que al menos un millar de personas ha muerto en la última semana por la violencia en todo el país, la mayoría de ellos civiles.
Sin embargo, otro de los líderes del ELS, el coronel Riad al Asaad, declaró que el plan de paz propuesto por la ONU está destinado al fracaso «porque el Gobierno no lo pondrá en práctica».
«El régimen no iniciará la retirada. El proyecto va a fracasar», afirmó el mandatario por teléfono desde Turquía. Además, desmintió al Gobierno de Damasco al asegurar que no les han pedido garantías por escrito de que va a poner fin a la violencia.
«Hemos dado nuestra palabra de que si Al Asad se compromete con el plan, nosotros también lo haremos. Somos honestos», subrayó el militar rebelde.
Por su parte, el enviado especial de la ONU, Kofi Annan, sostuvo que es «inaceptable» la escalada de violencia experimentada en el país árabe a tan solo unas horas del acuerdo de alto el fuego, y pidió a Damasco que cumpla con sus compromisos.
