La Comisión Europea expedientó ayer a España y lanzó un ultimátum para que aplique la norma comunitaria, cuyo objetivo es reforzar el capital de los bancos y mejorar la política de remuneración de los directivos de las empresas financieras. La causa: el escaso control que ejerce sobre el salario de los directivos de la banca. El plazo para incorporar esta norma a la legislación nacional expiraba el 1 de enero de 2011, pero Madrid no ha aplicado todavía ninguna de sus disposiciones.
La amenaza de Bruselas adopta la forma de un dictamen motivado, segunda fase de un procedimiento de infracción. Si en el plazo de dos meses las autoridades españolas no corrigen la situación, el Ejecutivo comunitario podría llevar el caso ante el Tribunal de Justicia de Luxemburgo (TUE).
La iniciativa en cuestión tiene por objeto garantizar la solvencia financiera de los bancos y sociedades de inversión, así como «atajar la excesiva e imprudente asunción de riesgos en el sector bancario favorecida por unas remuneraciones mal concebidas que han provocado la quiebra de distintas entidades y traído problemas a la sociedad en su conjunto», según destacó la Comisión.
«La actual crisis financiera prueba hasta qué punto es importante abordar esos dos aspectos para los ciudadanos, las empresas y la sociedad en su conjunto. Si unas normas comunes no se observan en el mismo grado en toda la UE, esto podría dar lugar a lagunas que podrían ser explotadas», criticó el Ejecutivo comunitario.
Además de a España, el ultimátum afecta también advierte a Eslovenia, Grecia, Italia, Polonia y Portugal. La Comisión también insta a Bélgica, Eslovaquia, Luxemburgo y Suecia a que den cumplimiento a las partes de la directiva que todavía no han aplicado.
En materia de incentivos salariales perversos, la directiva exige a los bancos y sociedades de inversión que apliquen políticas de remuneración solventes que no estimulen o premien las asunciones de riesgos excesivas.
Nuevos requisitos
Los supervisores bancarios tienen la facultad de sancionar a las empresas financieras cuyas políticas de remuneración no se ajusten a las nuevas obligaciones. Sin embargo, el texto no introduce límites salariales o en las primas.
La normativa impone, además, unos requisitos de capital más altos para las retitulizaciones para asegurarse de que los bancos tienen en cuenta correctamente los riesgos de invertir en esos complejos productos financieros y endurece las formalidades de divulgación.
La directiva modifica la manera en que el banco evalúa los riesgos asociados a sus carteras de negociación para velar por que reflejen plenamente las posibles pérdidas derivadas de las fluctuaciones adversas del mercado en las condiciones de tensión del tipo que se ha vivido recientemente.
