El tenista asturiano Pablo Carreño, se impuso al francés Albano Olivetti por 6-4 y 7-6 (2) en la gran final de la vigésimo octava edición del Open Castilla y León de tenis, en un encuentro en el que el jugador entrenado por Javier Duarte supo templar mejor los nervios en los momentos decisivos.
Frente a uno de los grandes sacadores del circuito como es Albano Olivetti –cuyos servicios superan con creces los 210 kilómetros por hora– las opciones de Carreño pasaban por afianzarse en su sólido juego de fondo, y aguantar las embestidas de un tenista galo que durante el torneo había dado muestras de una cierta irregularidad.
Fieles cada uno a su estilo de juego –más agresivo el francés, madurando más los puntos el español–, durante el primer set ni Carreño ni Olivetti encontraron una sola opción para romper el servicio de su oponente. Hasta que en el noveno juego y con 5-4 para Carreño, el de Gijón dispuso de una ventaja para hacerse con la primera manga, que culminó gracias a una doble falta de su rival quien, tras el error cometido, se marchó mentalmente del partido, permitiendo que Carreño se escapara en el marcador en el segundo set, con 3-1 y saque para consolidar un break que parecía ponerle la victoria en bandeja.
Pero bastó con que Carreño se relajara en algunos puntos con su servicio para que Olivetti volviera a coger confianza, rompiera el saque del tenista español en la quinta bola de break que dispuso, y metiera al encuentro en una dimensión mucho más peligrosa para el cabeza de serie número 1, que en el juego siguiente con su saque también estuvo muy cerca de ceder ante el empuje de su oponente.
Afortunadamente para Carreño, Olivetti no es un jugador demasiado regular en su tenis, y de nuevo los errores no forzados del francés le dieron algo de aire, solventado sus siguientes servicios con comodidad, llegándose de esta manera a la muerte súbita, en la que Olivetti estrelló un bola fácil en mitad de la pista que supuso un minibreak para Carreño quien, con la ventaja en el marcador encontró en su saque la mejor arma para culminar su victoria, cerrando el partido con un saque directo.
De esta manera, con el triunfo de ayer de Pablo Carreño, diez años después de que ganara en la misma pista segoviana Rafa Nadal –y también una década más tarde del debut de Andy Murray en El Espinar– ha tenido lugar la undécima victoria española –octava desde que es ATP Challenger– en la historia del Open Castilla y León Villa de El Espinar.
Tras el encuentro tuvo lugar en la pista central la ceremonia final del ATP Challenger Open Castilla y León. Presidieron el acto el alcalde de El Espinar, Francisco Jorge; el director general de Deportes de la Junta de Castilla y León, Alfonso Lahuerta; el presidente de la Diputación Provincial de Segovia, Francisco Vázquez; el presidente de la Federación de Tenis de Castilla y León, Manuel Antón; y la directora del ATP Challenger y el presidente de honor del torneo, Virginia Ruano y Pedro Muñoz, respectivamente.
Olivetti recibió, de manos de Jorge y Muñoz, el tradicional plato de cristal de La Granja y un reloj italiano Sen Watch. Carreño, por su parte, fue obsequiado como campeón con un jarrón de cristal labrado de La Granja y otro reloj Sen Watch, entregados por Lahuerta y Ruano.
