La derrota ante el belga Steve Darcis no solo dejó a Rafael Nadal fuera de Wimbledon mucho antes de lo previsto, sino que también abrió nuevos interrogantes sobre una segunda parte de la temporada en la que deberá tomar importantes decisiones sobre su calendario. ¿Apuntar al US Open? ¿Jugar una nueva gira europea sobre arcilla? ¿O descansar la rodilla?
«Hay pocas cosas claras en esta vida», fue la lacónica respuesta del balear cuando fue consultado sobre su participación en el último ‘Grand Slam’ del año y en los torneos previos en el cemento norteamericano. «A día de hoy mi intención es jugar el US Open, pero ahora no sé cuál será mi calendario», respondió con ambigüedad.
Tampoco pudo precisar cuándo volverá a jugar. «No muy tarde», indicó cuando se le recordó que la caída del año pasado ante el checo Lukas Rosol en Wimbledon marcó el comienzo de su larga ausencia.
Lo único claro, pese a que para él sigue siendo una palabra tabú, es que la rodilla izquierda que le atormenta y le obligó a estar siete meses fuera del circuito requiere aún de extremo cuidado.
Siete títulos y dos finales, incluyendo su octava corona en Roland Garros, fueron mucho más de lo que el mundo del tenis y el propio Nadal hubieran esperado cuando regresó en febrero. Pero, aunque los triunfos se sucedieron uno tras otro, el manacorí nunca dejó de enviar señales de que aún siente molestias. No obstante, intenta no decirlo cuando gana, por respeto a sus rivales, y tampoco cuando pierde, por la misma razón.
El cemento norteamericano no es precisamente la superficie más benévola con sus articulaciones. Ganó este año un Masters 1.000 como Indian Wells, pero no pudo probar su resistencia en una gira continuada sobre canchas rápidas. Aunque tal vez no lo deba hacer, ya que jugar los torneos europeos sobre arcilla, podría volver a ser una opción.
Mientras medita sus próximos pasos, la derrota prematura en el All England podría darle el «tiempo extra para llegar mejor» al último tramo del año, como él mismo admitió. ¿Para tomar impulso y pelear por el ‘número uno’ a final de temporada? No, según las palabras de un tenista balear que no quiere «dejarse llevar por la euforia» y volver a cometer errores del pasado. «Siempre dije que este era casi un año de transición», remarcó.
