El fútbol es un deporte que mueve pasiones, tantas como las de los aficionados a degustar las excelencias gastronómicas de los productos derivados del cerdo que se obtienen tras la matanza. En la mañana de ayer, Venta Magullo consiguió aunar las dos pasiones en su ya tradicional Matanza Popular, que este año quiso dedicar a la Gimnástica Segoviana, Unami y La Granja, los clubes de fútbol de Segovia y San Ildefonso que militan en el grupo VIII de la Tercera División. En un ambiente propicio para la matanza, donde la nieve y las bajas temperaturas hacían aún más apetecible la degustación de los productos típicos de la matanza, la carpa instalada en el jardín del veterano establecimiento se quedaba pequeña para albergar a los centenares de personas que asistieron a la cita y que contribuyeron con la entrada a hacer un poco menos onerosa la peripecia económica de los equipos segovianos por la categoría nacional. Tampoco faltaron a la cita los presidentes de los clubes Fernando Correa (Segoviana), Joaquín Hernández (Unami) y Pablo Alejandro (La Granja), así como una representación de los jugadores de los equipos, aunque en el caso de la Segoviana tuvieron que abandonar el acto antes de su conclusión para preparar el partido que les enfrentó con el Cuéllar en La Albuera.
La degustación de los productos se vio amenizada con las canciones, la música y el característico buen humor de Juanjo Cid y Salvador Lucio, así como con las danzas tradicionales del Grupo de Danzas La Esteva. También la Asociación de Coches Antiguos puso su grano de arena exhibiendo una selección de modelos de automóviles de época.
El colofón a la cita con la matanza le puso el nombramiento del exjefe del Servicio Territorial de Cultura, Juan José Martín como «Matancero de honor», y fue investido con el mandil que le caracteriza como tal por Óscar Calle, chef de Venta Magullo, que agradeció a Martín su apoyo y su esfuerzo por mantener la cultura y el deporte en la provincia.
Juan José Martín agradeció esta distinción e hizo un repaso por su periplo deportivo tanto en la Segoviana como en La Granja, y lamentó «no haber podido colaborar con el Unami, aunque es un club que llevo en el corazón». La música y el buen ambiente contribuyeron al éxito de una iniciativa que supera ya los 30 años de tradición, siempre con el cerdo como protagonista.